¡Wow! Muchas gracias a Iriel por pedir que este hilo fuera movido de sección y a Kakashi por trasladarlo
; para celebrar haré ahora una recopilación de lo aprendido hasta ahora, empezando por remarcar los hechos más antiguos hasta llegar al hoy día de nuestras ciudades:
La Paz de los Elvenar
En una era lejana (que en nuestro presente no pasa a ser más que una leyenda de tiempos mejores), los Elvenar, raza antiquísima y milenaria, tenían el mundo a sus pies, alzándose a la vista de todas las demás especies, consideradas "inferiores" cuando mucho, como los garantes del orden y la paz. Aunque no tenemos mucha información sobre el carácter de su gobierno o jerarquía social, podemos suponer que los Elvenar estaban ordenados en una pirámide social muy estricta y militarista, siendo los caballeros y guerreros los que ostentaban los peldaños más altos en la escala social. Este poder causaba en las demás razas una especie de admiración, temor y respeto (Todo esto si les damos crédito a los monumentos de imponentes caballeros en armadura completa portando gigantescas espadas que hay en el paisaje de Elvenar, lo que indica una imposición simbólica y hasta ideológica de los Elvenar sobre los demás).
Aunque no sabemos como es que los Elvenar se imponían sobre las otras razas, podían hacer uso de la fuerza o de la diplomacia, sabemos que ostentaban una influencia abrumadora sobre el escenario político, siendo ellos seguramente los que nombraban reyes y/o líderes en las demás especies con uso de razón; si vamos un poco más allá, incluso podemos imaginar que sin el permiso explícito de los Elvenar estos líderes inferiores no podía mover un dedo para atacar a sus vecinos o defender su territorio.
Pero pese a estas restricciones y este control tan estricto, todas las razas estaban contentas, puesto que una paz como la que les garantizaban los Elvenar era una muy rara y apreciada. Seguramente, durante el mandato de los Elvenar, el mundo experimentó una explosión demográfica, aumentando no solo la cantidad de gente sino también la calidad de vida de esta; el comercio entre las razas debió de ser muy importante, llevándose a cavo siempre en buenos términos; y la tecnología debía de ir en auge, avanzando cada año un poco más de un modo controlado y seguro para el medio ambiente.
Algo es seguro, los Elvenar no eran originarios de Endrien, el continente de los humanos y los elfos, sino de su propia tierra llamada "Elvenar" (aunque este nombre se pudo haber otorgado después de la extraña desaparición de los Elvenar por los Elfos y los Humanos, esto no está claro). Esta característica y extensión imperial indica un refinamiento cultural y tecnológico lo suficientemente avanzado como para sostener el poder en dos continentes a la vez, sin recurrir a conquistas violentas o destrucción de culturas ajenas. (Aunque uno que otro enfrentamiento debió de haber seguramente entre los locales y los Elvenar.)
La Caída de los Elvenar
De repente, de la noche a la mañana, o de forma paulatina y largamente sabida, los Elvenar, la raza que controlaba todo y era garante de la paz y el orden de dos o más continentes o mundos, desaparecen. Esto crea un vacío de poder gigantesco en el esquema político de Endrien, dónde sus razas antes no habían tenido que preocuparse por controlar sus propios destinos. Viendo como los eventos futuros se desencadenaron, podemos suponer que los humanos, impetuosos y ambiciosos, llenaron dicho vacío de poder a puño de hierro en un tiempo relativamente corto, militarizando su especie e imponiéndose violentamente sobre las demás.
Una vez consolidado su poder político, económico y militar, la raza humana trató de llegar al nivel tecnológico y cultural que ostentaron los desaparecidos Elvenar, tanto para legitimar su posición como para aumentar su propio poder (Hay que saber que los Elvenar eran, para ese entonces, una historia reciente, pudiendo incluso ser que hasta algunos ancianos recordaran la gloria de los Elvenar o hubieran tenido tratos directos con ellos). Esto llevó a la raza humana a una brutal industrialización y a un notable debilitamiento de las barreras morales y culturales; y como sus mayores oponentes, los Elfos, estaban demasiado arraigados a su naturaleza de no intervenir con el desarrollo de los acontecimientos, los humanos tuvieron vía libre de desquitarse con todo lo que encontraban con tal de aumentar su poder.
Esto supuso el lento deterioro del medio ambiente y una miseria generalizada en la población de todas las razas... pero lo peor estaba aún por venir.
La Guerra Fratricida y la devastación de Endrien
Más cerca de nuestro tiempo, cuando la corte imperial de los humanos era un hervidero de corrupción y traiciones, un Gran Rey fue asesinado por nada más ni nada menos que uno de sus propios hijos, que no podía esperar a hacerse con la corona o que no tenía, de entrada, el derecho sobre la misma, al ser el segundo, o tercero o cuarto, hijo del rey. Todo el imperio humano, al enterarse de esta noticia, entró en un estado de shock; ningún lord leal al difunto rey sabe a ciencia cierta si los demás hijos e hijas del rey estaban vivos o muertos tras la repugnante traición del príncipe que ahora estaba siendo coronado; y nadie sabía si debían obedecer su voluntad o declararle la guerra por traidor.
Fue entonces que el legítimo heredero, uno de los hermanos del traidor, regresa, o emerge, en el tablero político, reclamando la corona que por derecho de nacimiento le pertenece a él y solo a él. Muchos lords se alinearon junto al legítimo heredero ni bien surgió de entre las cenizas, mientras que muchos otros se unieron a las filas del rey ya coronado para ganarse el favor con el que no contaban durante el reinado del rey asesinado; así comienza la Guerra Fratricida, de la cual ni los elfos pudieron librarse de participar gracias a la escala que tomó esta.
Valles enteros fueron arrasados por el fuego de la guerra; miles y miles, probablemente varias decenas de miles, murieron en las batallas y los asedios; la naturaleza, que seguramente estaba a tiempo de ser recuperada para cuando ocurrió la Gran Traición, pasa el punto de no retorno y entra en una decadencia sin freno; la fuerza económica de toda Endrien, durante el transcurso de la guerra, se desploma.
Al final uno de los hermanos se alza con la victoria: el que de los dos se llamaba Zahar. Lamentablemente no tenemos confirmación de si éste es el asesino o el vengador de su padre, lo cierto es que, a pesar de todo, él es el rey que reaccionó y tomó medidas al ver a todo el continente completamente devastado por la guerra.
La Colonización de Elvenar
Zahar, viendo su mundo devastado, se reúne con el Archimago Real para que le de un informe de la situación... ninguna noticia alentadora surge de las palabras del anciano: los campos están todos quemados, solo unos pocos valles y ríos se salvaron de la devastación de la guerra y producen algo de alimentos para la población de todas las razas bajo el dominio imperial; la Gran Biblioteca, dónde se guardaban muchos de los conocimientos sobre la tecnología y la cultura Elvariana, se quemó durante la última batalla que tuvo lugar en la capital; una gran parte de los lords leales al nuevo rey habían perecido, y muchos otros del bando contrario a él seguían resistiéndose a sus órdenes, lo que generaba inestabilidad e importantes vacíos de poder en varios feudos del imperio; los bosques, antaño verdes y espesos, se estaban pudriendo gracias a la desmedida industrialización de las ciudades, y ya estaban más allá de toda salvación posible.
Zahar inmediatamente da una orden "Salven todo lo que se pueda, comenzaremos de nuevo sin importar el coste." Pero ni él mismo creé que el continente de Endrien pueda ser salvado, pese a tener esperanza de salvar su tierra natal, Zahar es un rey más realista y rápidamente se pone a idear un plan de reserva; para fin de año, enviará a sus nobles más leales, o a los descendientes de estos, a una travesía de la cual es probable que no regresen jamás: los enviará al continente de los Legendarios Elvenar, a buscar sus secretos y establecer colonias que salven a la humanidad y las demás razas de Endrien si es que el continente resulta ser irrecuperable.
Los elfos, que ayudaron activamente durante la guerra para establecer en el trono a su majestad, serían parte de las fuerzas expedicionarias como recompensa.
Así, al finalizar el año, y haciendo uso de todos los recursos a disposición, se construye la mayor flota naval del mundo (O se logra abrir un portal si la teoría de un continente no es la correcta y Elvenar es un mundo totalmente distinto)... y allí es dónde comienza nuestra historia. Dejamos el Viejo Mundo atrás, pero no hemos cortado lazos con él, esta es la razón por la que no hay batallas entre las ciudades ni saqueos, porque todos tenemos el mismo objetivo y partimos juntos del Mundo Antiguo a buscar la esperanza y el futuro de nuestras especies.