¿Uno más? ¡Venga!
En la calma de la noche, al abrigo de la oscuridad, una sombra se desliza por la ventana. En absoluto silencio, avanza hasta la habitación. Apenas pasan unos segundos entre que descubre a su presa y acaba con su vida. Rápido, silencioso y preciso. No en vano es un profesional. Tan rápido ha sido que no ha tenido tiempo de ver qué hacía su victima y, ahora que ya está hecho, se toma un momento para ello. Al ver el libro que ella tenía en las manos, él palidece, una ola de remordimiento le sacude. El asesino se marcha profundamente arrepentido.
¿Por qué se arrepintió?