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    el Equipo de Elvenar

¿Creamos una historia juntos?

¿Creamos una historia juntos?

  • Relato 1

    Votos: 9 20,0%
  • Relato 2

    Votos: 6 13,3%
  • Relato 3

    Votos: 2 4,4%
  • Relato 4

    Votos: 14 31,1%
  • Relato 5

    Votos: 8 17,8%
  • Relato 6

    Votos: 12 26,7%
  • Relato 7

    Votos: 8 17,8%
  • Relato 8

    Votos: 4 8,9%
  • Relato 9

    Votos: 3 6,7%
  • Relato 10

    Votos: 4 8,9%
  • Relato 11

    Votos: 2 4,4%
  • Relato 12

    Votos: 12 26,7%
  • Relato 13

    Votos: 3 6,7%
  • Relato 14

    Votos: 7 15,6%
  • Relato 15

    Votos: 8 17,8%
  • Relato 16

    Votos: 8 17,8%
  • Relato 17

    Votos: 6 13,3%
  • Relato 18

    Votos: 3 6,7%

  • Votantes totales
    45
Estado
No está abierto para más respuestas.

DeletedUser6

CreamosHistoriaJuntos_anuncio.png

Querido Elvenarianos:

Halloween está a la vuelta de la esquina y nos gustaría contar con vuestras historias de miedo para pasar una noche terrorífica.

En esta ocasión, las historias estarán compuestas por dos escritores. ¡Hay que ir de dos en dos que sino podemos sufrir demasiado en Halloween!
Para ello, se dividirá el relato en dos partes, cada una de las cuales las hará un participante. Más abajo se explica cómo se hace esto pero para resumir: todos los participantes enviarán la primera parte de su historia historia, el principio. Y, pasado el tiempo establecido, de forma aleatoria, se os asignará el principio de historia de otro escritor y tendréis que completar la historia con un final.

Fulanito escribe la primera historia + Juanito continua dicha historia.
Juanito escribe la primera historia + Menganito continua dicha historia.
Menganito escribe la primera historia + Fulanito continua dicha historia.

Bases y criterios:
  1. Cada participante sólo podrá enviar un principio de historia para participar y tendrá que esperar a recibir el principio de historia de otro participante para completar la historia con el final.
  2. El relato cuyo historia debéis acabar se os enviará por Mensaje Privado (MP) una vez finalizado el plazo para presentar la primera parte y antes de empezar la segunda parte. El relato que os tocará se hará de forma aleatoria.
  3. Para poder optar al premio y considerar tu participación completa, se debe enviar tanto la primera (inventada por el mismo jugador) como la segunda parte del relato (que se enviará por MP) correspondiente dentro de los plazos establecidos.
  4. Si en los relatos ganadores, hay un participante que no haya enviado la segunda parte de la historia no optará al premio.
  5. Para que una historia sea publicada tiene que tener las dos partes de la historia, no se publicarán la primera parte de la historia si no se recibe la segunda parte.
  6. La extensión de cada una de las partes de los relatos a enviar oscilarán entre las 250 palabras como mínimo y las 300 como máximo. Con titulo incluido, es decir, es obligatorio que haya título.
  7. Cada parte de la historia tendrá unas palabras obligadas que deben aparecer para validar el relato. Las palabras que deben aparecer obligatoriamente en la primera parte serán distintas a la de la segunda parte. Estas palabras pueden aparecer tantas veces como se desee:
    - calabaza, murciélago, sangre, chuches, Freddy Crugger, ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!, terrorífico, tinieblas, risa, fuego, pelo, melocotón, helado, lluvia: (se puede cambiar de género si la palabra lo permite y poner en singular o plural)
    - correr: (verbo, se puede conjugar)
    - miedo, hueso, muerte, fantasma, ¡buh!, medianoche, maquiavélico, precipicio, llanto, frío, luna, cuchillo, ositos, sombras: (se puede cambiar de género si la palabra lo permite y poner en singular o plural)
    - gritar: (verbo, se puede conjugar)
  8. Se puede usar las palabras de la primera parte en la segunda y vicerversa.
  9. Se tendrá en cuenta la corrección gramatical y ortográfica de las historias.
  10. No se permite la multi-cuenta. En caso de que un familiar o amigo use la misma conexión de Internet para el foro y quiera participar, previamente deberá mandar un Mensaje Privado a Krak93. De lo contrario será considerado como multi-cuenta y será eliminado del concurso.
  11. Las obras deberán respetar las normas generales del foro, en especial en cuanto a ser aptas para menores.
  12. Será preciso un mínimo de 10 participantes para que el concurso siga adelante.
  13. Se hará una votación entre los foreros para seleccionar a 7 finalistas y, de entre ellos, el Equipo elegirá, también por votación, a los 3 ganadores.
  14. El Equipo se reserva el derecho a modificar las bases si las circunstancias lo exigen, pero, si tal cosa ocurriese, se le daría la oportuna publicidad.
Fechas y premios:
  1. La primera parte de la historia deberá ser enviada a >> ESTE TEMA (click) << del 20 al 25 de octubre.
  2. La segunda parte de la historia deberá ser enviada al mismo MP donde se os envie la primera parte de la historia del 26 al 31 de octubre.
  3. Las votaciones de los foreros se desarrollarán del 1 al 3 de noviembre, ambos incluidos.
  4. El Equipo publicará los premios del concurso lo antes posible, aproximadamente dos días después.
  5. Habrá tres premios y cada premio se repartirá entre los dos escritores de la historia.
    • Primer premio: 700
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      (350 para cada uno)
    • Segundo premio: 500
      premium_small.png
      (250 para cada uno)
    • Tercer premio: 300
      premium_small.png
      (150 para cada uno)
Podéis dejar vuestros comentarios y dudas en este tema: CLICK.

Atentamente,
el Equipo de Elvenar
 
Última edición por un moderador:

DeletedUser6

Querida comunidad,

hemos recibido algún relato que no acababa de cumplir con las bases. Quizás porque no está muy explícitamente explicado. Por esta razón, al siguiente punto de las bases, le hemos agregado lo resaltado en azul:
La extensión de cada una de las partes de los relatos a enviar oscilarán entre las 250 palabras como mínimo y las 300 como máximo. Con titulo incluido, es decir, es obligatorio que haya título.
Entendemos que puediera haber confusión porque todos los concursos anteriores similares a este no era obligatorio ponerle título pero en este sí lo es.

Cualquier duda o comentario, por favor, dirigiros a este tema: CLICK.

Atentamente,
El Equipo de Elvenar
 

DeletedUser6

Querida comunidad,

Cerramos la primera parte del concurso. En un rato recibiréis un MP con la mitad de un relato que debéis de terminar y enviar en el mismo MP que os llegará, tal y como se recoge en las bases.

Atentamente,
El equipo de Elvenar
 

Deleted User - 848946564

¿Creamos una historia juntos? - Votación
Querida comunidad,

ya tenemos todos los relatos completados a vuestra disposición, recordar que se puede votar a 3 relatos, para ello hay que elegir a los 3 favoritos antes de realizar el voto.

Por supuesto, podéis dejar todos vuestros comentarios en este tema: CLICK.

Ganado por lo perdido.

No debí haber dejado que Tomás viniera a esta aventura. Me hará quedar mal delante de los demás. Desde que vimos aquella película no duerme bien pensando que aparecerá Freddy Crugger para matarle, ver sangre le provoca mareos y aún se asusta de los truenos los días de lluvia. Si hasta se ha traído chuches y el melocotón sin pelar que siempre le veo comer, cuando no tiene un helado, claro.

Esta noche ya empezó mal cuando gritó al ver los murciélagos de la cueva. Un “¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!” muy femenino seguido de risas burlonas. Reconozco que el fuego bailarín de la antorcha que llevaba mi hermano mayor me erizaba el pelo cuando descubría sombras en las tinieblas, pero hice lo que pude para que sus amigos no lo notaran. El viento parecía arrastrar balidos, y eso no ayudaba.

Para entrar en contexto, debo decir que llevaban días diciendo en el pueblo que estaba desapareciendo ganado, ovejas concretamente. No es la primera vez que nos enfrentamos a algo así; lobos, ladrones... Pero estos sucesos tienen un detalle terrorífico: ojos. Solo se han encontrado los ojos. Y para más inri no parecen arrancados, sino... caídos.

Después de dos semanas, solamente tenemos una pista. Tomás vino hace un rato corriendo a mi casa. Traía unos ojos en su bolsa de calabaza de truco o trato de Halloween y gritaba sin aliento que había visto a Melosa, su oveja favorita, entrando en esta cueva por su propio pie. O bien no es tan cobarde como parece, o bien quiere demasiado a esa oveja. Mi hermano llamó a sus amigos y conseguí que dejara de llorar antes de que vinieran. No hubiese sido bueno para él.

¿Desde cuándo esta cueva no tiene final? Tal vez estaba delirando por el miedo pero, ¿están las sombras guiándonos como corderos?, ¿por qué mis hermanos y compañía caminan tan tranquilos e inmutables? De pronto, una tétrica sombra humanoide sin rostro me mostró su blanca sonrisa. Me detuve en seco para gritar sin dignidad, fue ahí cuando una voz fría y congelante exhaló una advertencia de muerte: “no te atrevas… a despertarlos”.

Cerré los ojos, mudo y aterrorizado, como un avestruz metiendo la cabeza en el hoyo, ¿qué más podía hacer? Soy Tomás, ¡el cobarde!; todo duró un instante, me sentí caer desde un precipicio pero nada más sucedió. Cuando abrí los ojos, no había nadie, solo estaba mirando hacia la entrada de la cueva. Mi reloj marcaba la medianoche y la luz de la luna nunca había sido tan luminosa. Mi razonamiento volvió progresivamente y me di cuenta que habían pasado 10 horas desde que entramos… ¡10 horas!

Un llanto desgarrador se escuchó desde el bosque, muchas figuras extrañas se apresuraban como fantasmas, buscando refugio de una inminente calamidad. Unas risas maquiavélicas podían escucharse en la lejanía, gritos y galimatías, nada tenía sentido; retrocedí cobardemente solo para tropezar con unos huesos carcomidos por el tiempo, caí de rodillas entre unos harapos familiares y, a simple vista, conté 8 cráneos humanos acompañados por unos curiosos llaveros de osito que mis hermanos y pandilla ganamos en los juegos mecánicos. Esos souvenirs significaron todo y nada. Miré resignado hacia el cielo boreal y otra escena impactante golpeó mi alma. El planeta tierra orbitaba como si lo observara desde la luna. Era tan hermoso, tan brillante, tan… tenebroso.

Sonidos de cuchillos resonaron por doquier, ¿acaso los estaban afilando?
Las risas burlonas callaron.

(Silencio)

Un aliento pegajoso de sangre exclamó en mi oído: ¡Buh!

Saint Jealous

―Solo falta Freddy Crugger ―bromeó Matt viendo a Alma liderar el camino al gran salón por las escaleras de piedra.

Los presentes llevaban linternas porque aquella era una enorme casona que había sobrevivido desde 1800 en medio del bosque; demasiada crueldad había bautizado al lugar desde sus inicios. Cuenta la leyenda que quien adquiera la propiedad, lo corrompe el diablo, o padece desgracias inexplicables. Ya nadie vive aquí; ni desean la propiedad, además como pasa en todos los pueblos de la sierra, solo los viejos se quedan a morir en ellas.

Joe encendió la chimenea con keroseno y unos murciélagos salieron ahuyentados por el fuego.

―¡No mi sangre noooooo! ―Zelda.

―¡Ingenua! Prefieren chuches de insectos y flores ―Luis.

―¡Shhhhhhhhh! Antes de separarnos, ésta será nuestra última aventura como grupo, si tienen miedo solo regresen por donde vinieron ―nadie habló―, cuéntales Joe ―ordenó Alma.

―Cuando falleció mi tatarabuela a los 103 años, me quedé con sus diarios, aunque ilegibles y confusos, cuentan la historia de un antiguo propietario: Saint Jealous, un virtuoso para los amigos pero un sádico para su esposa, hijas y sirvientes casi esclavos. Lo que nos interesa de su tragedia es que su fortuna jamás fue encontrada y hablamos de mucho oro. Hoy jugaremos a la ouija para intentar encontrar su tesoro.

Joe sacó el tablero de ouija de su infantil mochila de calabaza.
Y así empezaron el juego, invocando los espíritus de las hijas del filicida Saint Jealous.

―Danos una señal… ¿estás aquí?

De pronto la chimenea se apagó crujiendo. Todo estaba en tinieblas.

―Suaaaaaave como un melocotón, helada como la lluvia… ―Una voz siniestra rompió en risas.

―¡Corran! ¡Corran! ¡Corran! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Una vez fuera, Joe tenían los pelos de punta cuando preguntó:

―¿Y Alma… Y Zelda?

Todos regresaron a mirar hacia la terrorífica casona.

El miedo los carcomía, paralizados, sintiendo un gélido frio envolverlos hasta los huesos.
La negrura de la medianoche envolvía el lugar que se teñía de sombras y daba un aspecto al lugar aún más maquiavélico si cabía.
Pasados unos interminables segundos, empezaron a salir del sopor en el que se había sumido. Empezando a intercambiar miradas entre sí, buscando en el otro lo que debían hacer.
Joe fue el primero en romper el silencio: -Debemos ir por ellas-. Luis asintió lentamente.
Con paso firme pero cauteloso, comenzaron a entrar. Joe recordó un programa que había visto en la TV y dijo en vos alta
–El frio que sentimos muestra la presencia de un fantasma, siempre baja la temperatura cuando aparecen- Luis le echó una mirada de soslayo pero no dijo nada.
Llegaron a la primera habitación que se encontraba al cruzar el vestíbulo, alumbrada por los tenues rayos de la luna que se colaban por una ventana desvencijada. Estaba vacío pero al observarlo con atención vieron un pequeño bulto el centro, tirado en el piso. Se acercaron rápidamente, era un osito. El pobre animal de felpa estaba atravesado por un cuchillo, apuñalado. La imagen era espeluznante.
Levantándose para salir del cuarto, comenzaron a escuchar un suave llanto.
Ambos se agitaron y corrieron hacia el lugar de donde sentían provenir el ruido. Los amigos sentían la muerte rodearlos pero no lo dijeron, corrieron valientemente a pesar de sentir que sus cuerpos estaban al borde del precipicio, colapsando por el cansancio y el terror.
Dieron vuelta por la esquina de un estrecho pasillo cuando se toparon con la cara distorsionada de un hombre que sonriente les dijo –¡Buh!- y lo único que pudieron hacer fue gritar. Ambos sabían que era demasiado tarde para ellos, para los 4. La fiesta, había salido mal.

Una extraña noche de Halloween

Gahia esperaba llena de entusiasmo la gran fiesta de Halloween que su mejor amiga daría en la casa de la montaña que tenían sus padres. Prometía ser, el evento del año.
Con gran esmero procuro tener su disfraz listo. Eligió ser, una vampiresa por una noche. Su pelo, con un peinado medieval, sus labios en color melocotón, el cual destacando contra su piel, le daba el tono pálido que buscaba y como toque final, unas gotas de sangre en la comisura de sus labios. Su reflejo en el espejo la mostraba como toda una criatura de las tinieblas.
Conforme con su aspecto, corrió escaleras abajo, tomando antes la bolsa de chuches que debía llevar.
Al llegar, se encontró con la entrada rodeadas de calabazas, murciélagos, un Freddy Crugger en la puerta, e incluso, antorchas que iluminaban el sendero de entrada con la luz de su fuego.
Se le escapó la risa al tocar el timbre y escuchar un grito terrorífico “¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”.
Comenzaba a caer una fina lluvia helada, por lo que no espero a que le abrieran la puerta, entró directamente.
Nunca, en sus 16 años, espero ver lo que se encontró al momento que puso su primer pie dentro.
Recorrió la escena con los ojos una y otra vez, esperando darse cuenta de que era una broma, una escena planificada por su querida amiga para impresionarla pero por mucho que lo intento, nada cambió. Se le nublo la vista, empeñada en lágrimas y se quedó congelada, sin poder hacer otra cosa…

... ¡buh! Escucho detrás de ella, giro rápidamente que casi cae, era su amiga quien la toma de los hombros y le dice.- ¡Feliz Halloween! Bienvenida a mi fiesta, que te parece?

.- Aun con los ojos nublados y simulando una sonrisa dijo.- ¡Fantástico! Y donde coloco los chuches?

._ Allí en la mesa del centro dice Rebeca su amiga de toda la infancia, pero sírvete algo de beber, diviértete nos vemos luego debo atender algunos invitados.

.- Gahia, no salía de su asombro, todos llevaban máscaras, imposible reconocer alguien, solo ella y Rebeca mostraban sus rostros y eran igualmente vampiresas.

Era medianoche y Gahia rondaba por la casa. Una puerta al fondo estaba cerrada y una luz tenue se colaba por debajo, su curiosidad la hizo abrir, con esa pálida luz no distinguía bien que había dentro, camina y se acerca hasta distinguir.

Sentados en el piso y formando un circulo habían siete fantasmas rodeando lo que parecía ser tres ositos atados de espaldas.

Uno de los fantasmas dice.- Mi turno, y tomando un hueso lo hace girar en el piso, el mismo se detiene, uno de sus extremos apunta hacia los ositos, y los siete fantasmas comenzaron a susurrar.- muerte, muerte… mientras el fantasma del hueso alzaba un cuchillo.

Gahia no creía lo que veía, muerta de miedo y gritando corrió atravesando la fiesta, sale de la cabaña y sin parar huye montaña abajo, la luz de la Luna hacia sombras de los árboles que corrían junto a ella, corrió envuelta en llanto, cansada y sin aliento llega al borde de un acantilado, tropezando una rama cae por el precipicio.

Día de Halloween en la mañana, .-Gahia dice su madre despertándola. Empapada en sudor y fría, Gahia responde: Gracias madre, tenía la peor más maquiavélica pesadilla de toda mi vida.

El Bosque de Elvira

En lo más interno de un bosque olvidado, una cabaña se esconde entre las tinieblas de la noche helada, apenas su silueta se refleja por la luz de la luna, afuera el silencio mezclado con el aullido de lobos es todo lo que se escucha, y de cada lado de la puerta sendas calabazas adornan tan humilde estructura de las cual por su chimenea sale un humo color violeta.

Apenas llegada la medianoche un murciélago de enorme tamaño aparece de la nada y entra por la chimenea a la cabaña, con una metamorfosis terrorífica el murciélago se transforma en una hermosa mujer vestida de atuendo rojo y capa negra, con un sombrero de pico largo y acompañada de una risa escalofriante ¡Ja jajajaja! ¡Ja jajajaja!, es Elvira la bruja del Bosque olvidado.

La olla gigante sobre la leña con fuego esta lista y caliente para la formula, Elvira comienza a agregar los ingredientes: agua de lluvia escurrida de un cementerio, sangre de Sapo azul, pelo de lobo alvino, moho de melocotón, ahora su esencia secreta especial: invocar sueños de Freddy Crugger. Terminada la cocción Elvira descarga un grito terrorífico que pararía los pelos y dejaría helado a cualquiera, ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! Y dice: “Esta lista mi poción, ahora a rellenar los chuches y golosinas, tengo que correr al pueblo y repartir a esos niños de la noche de Halloween"

Llego la noche de Halloween, está aquí, y entre la gente que se pasea por las aceras del pueblo con disfraces y vestidos que simulan un pueblo ansioso de diversión, camina una bella mujer de atuendo rojo y capa negra, pero no lleva sombrero, solo su hermosa cabellera y una cesta repleta de golosinas y chuches.

Su presencia no podía pasar desapercibida y a pesar de que todo el que pasaba por su lado ignoraba quién era verdaderamente, mostraban miedo en la mirada.

Debía terminar su tarea antes de que las sombras de la medianoche estuvieran en su máximo esplendor, así que comenzó a caminar.

El primero en aparecer fue un pequeño disfrazado de fantasma, que iba de la mano de un niño un poco mayor, a juzgar por su estatura, que mostraba orgulloso su traje de muerte. Al verlo, ella tuvo que ocultar la sonrisa. “Mi quería amiga la parca no puede sentirse feliz con esa ridícula representación” pensó para sus adentros. Camino hacia ellos y con una sonrisa a medio camino entre amistosa y maquiavélica, les tendió unos cuantos chuches. El mayorcito, la miro con cierto recelo pero el más pequeño, pareció divertido con su gesto y tomando las golosinas le contestó con un -¡Buh!- que quiso ser amenazador pero resultó dulce.

Satisfecha, siguió. Su sombra formaba siluetas a la luz incandescente de la luna. De repente una niña saltó en su camino, con un cuchillo atravesado en la cabeza y comenzó a gritar, compitiendo con el llanto de una mandrágora. La bruja comenzó a reírse a carcajadas del ridículo acto y tiró un gran puñado de ositos de caramelo dentro su cesta.

Caminando nuevamente, sintió un intenso frío que le llegó hasta los huesos y supo, que no estaba sola. Apresuró el paso pero la presencia no disminuyó. Se sintió al borde del precipicio. Si la alcanzaba, ya nada podría hacer. Entonces, decidió usar el poco de magia que le quedaba y así lanzar el resto de la poción protectora a todos los niños del pueblo, solo podía esperar que su magia fuera suficiente para salvar a los niños de sus oscuras garras

El terror de Kratos

Cuando sueñas algo con mucha fuerza, se cumple… Eso es lo que siempre le decían a Kratos de pequeño. Su sueño, ser un gran guerrero.

Por eso fue lo único que tuvo en la cabeza, esforzarse al máximo para conseguirlo, y por supuesto, lo logró.

Con 20 años y un enorme cuerpo, Kratos se enfrentaba a su primera misión. Debía infiltrarse en una enorme ascienda donde se habían detectado movimientos extraños. La noche no empezó como le hubiera gustado, caía una lluvia gruesa que empapaba su pelo y hacía ver todo mucho más terrorífico.

Decidió correr hacia lo que parecía la casa principal y al llegar pensó encontrarse con el primer enemigo, lo inmovilizó con destreza para darse cuenta de que en realidad era un muñeco del conocido personaje Freddy Crugger. Contuvo su risa al imaginarse lo tonto que debía parecer y se relajó para prestar atención a su entorno. Todo se encontraba rodeado de una niebla espesa y lo primero que pensó es que parecía un lugar sacado de las tinieblas. Calabazas, murciélagos, chuches por el piso, era evidente el rastro de una fiesta pero también, que algo no iba bien. Agazapado cual felino, entró por la puerta que extrañamente encontró abierta y lo primero que divisó fueron manchas de sangre, siguió caminando orientado por el reflejo de lo que parecía ser fuego que llegaba desde una habitación más adelante. Se le erizaron los vellos al notar un frío helado que lo envolvía junto con aroma a melocotón pasado que le revolvió las tripas.

Faltando poco para llegar hacia la luz que había divisado dio un pequeño salto al escuchar un estrepitoso - ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! – proveniente de la habitación. Salto hacía adelante, corriendo con todas sus fuerzas y de golpe… Todo fue negro, y solo negro.

Era como si todo confluyera en una extraña nueva dimensión, sin norte ni sur, sin referencias, sólo él trasladándose a una velocidad supersónica en medio de la oscuridad. No había nada a lo que agarrarse, por vez primera el miedo se apoderaba de él. De la nada apareció un resquicio de luz en el horizonte. Kratos dirigió los brazos hacia adelante, como en un intento de buscar desesperadamente un último halo de vida. De repente se vio sumergido en una blancura tan luminosa que lo cegó por un instante.

- ¿Dónde estoy? Exclamó Kratos – ¡Voy a destrozar al responsable de esto!

En una atmósfera aparentemente de medianoche, todavía vacilante puso rumbo sin un objetivo claro, alzó la mirada y vio que en el cielo estrellado había dos lunas.

- ¿Pero qué me puso esta vez mamá en la sopa? Se preguntaba enfurecido.

Tardo poco en darse cuenta de que ya no estaba en la Tierra, lleno de furia arremetió con todo lo que había en su camino, arbustos, árboles, piedras, … pero un llanto no muy lejano captó su atención, parecía provenir de alguien muy joven. Pocos metros más allá, al borde de un precipicio había una niñita, lloraba desconsoladamente, muerta de frío. Rodeada de huesos, permanecía con la cabeza gacha, abrazaba desesperadamente a un osito de peluche. Kratos sin ánimo de asustarla se acercó a ella sigilosamente, cual fantasma, evitando que su gran envergadura hiciera algún atisbo de sombra.

- Hola ricura, no llores ¿te has perdido? Le decía Kratos intentando disimular su voz grave e intensa.

La niñita levantó la cabeza, no tenía ojos, era la muerte personificada, con una sonrisa maquiavélica gritó estremecedoramente - ¡buh!, sacó con una determinación y fuerza sobrenaturales un largo cuchillo que clavó de forma certera en el corazón de Kratos.

La Herencia

Era una mañana lluviosa y helada, todo estaba en tinieblas. Minerva maldecía el momento en el que decidió recorrer los 300 km que le separaban de la casa que había heredado de su padre hacía unos meses.

La lluvia cada vez era más intensa, el cansancio empezaba a hacer mella, de repente algo se cruzó en su camino, dio un volantazo para esquivar a esa enorme sombra negra y el vehículo se desplazó abruptamente hacia el carril contrario, donde chocó frontalmente contra un árbol. Después de unos instantes de confusión, vio que tenía una brecha en la frente que le empapaba de sangre el pelo. Intentó agarrar el bolso para buscar algo con lo que taponar la herida, pero todo estaba desparramado por el suelo, el pintalabios melocotón, las chuches, las semillas de calabaza de su última dieta depurativa… Tanteando con la mano encontró un cómic de Freddy Krueger “Pesadilla en Murciélago Street”, arrancó unas cuantas páginas y se las acercó a la herida para intentar frenar la hemorragia.

Algo desorientada, abrió la puerta del vehículo, salía fuego del motor, corriendo se alejó todo lo que pudo, mientras le pareció oír unas risas provenientes de la espesura del bosque.

- Quién anda ahí? -exclamó Minerva con voz agarrotada

De repente un silencio sepulcral se apoderó de la escena, instantes después un grito terrorífico y silencio de nuevo. Medio paralizada, volvió hacia su vehículo rebuscando entre el desorden su móvil.

Entre la desesperación, se escuchó un golpe seco en el techo del coche.

Minerva gritó histérica - ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!.

Buscó un objeto afilado y encontró un cuchillo en la guantera. Salió lentamente del coche y vio a un hombre vestido de negro con una sonrisa maquiavélica y un collar de huesos.

Minerva le preguntó que si era un fantasma.

- No querida. Soy… la muerte. ¡Buh!

- No estoy para bromas. Mi coche está ardiendo, estoy aquí pasando frío a cientos de kilómetros de mi casa sin móvil y casi es medianoche.

- Oh, que no lo sabes. – Dijo el hombre con voz tranquila. – Querida has muerto.

El hombre cogió la mano de Minerva y la llevó hasta su coche, señalando el asiento del conductor.

Allí yacía Minerva con la cara ensangrentada y los ojos mirando al vacío. Al verse así a sí misma no pudo contener el llanto.

La noche comenzaba a despejarse y la Luna se dejó ver entre los árboles, creando un juego de luces y sombras realmente macabro. La Muerte se acercó a Minerva. Tenía mucho miedo, no quería estar muerta.

- Puedes quedarte aquí, pero con una condición. – La Muerte le susurró algo al oído y Minerva asintió secándose las lágrimas. - ¿Tienes familia, verdad? Alguno de ellos heredará la casa.

Minerva asintió y la Muerte se fue, dejándola sola.


Unos meses después, un coche se dirigía a la casa. Su primo la había heredado. Iba conduciendo mientras comía ositos de gominola.

Minerva cruzó la carretera haciendo que el heredero frenase bruscamente quedando al borde de un precipicio. Se acercó al coche y le dio un empujón para que terminase de caer.

La Muerte apareció al lado de Minerva, juntos escucharon al heredero gritando hasta que su voz finalmente se apagó y el coche impactó con el suelo.

- Bien hecho. – Le dijo.

Y le puso el collar de huesos.

El niño calabaza

Paseaba por la ciudad al anochecer. El suelo estaba mojado por la lluvia que había caído durante todo el día. Había charcos por todas partes en los que se reflejaban cosas de este mundo, pero aquel día comprendí que también reflejaban cosas del mundo de las tinieblas. Fue terrorífico.

Era la noche de Halloween, cientos de niños pasaban por la calle saltando o rodeando los charcos con sus disfraces y sus cestas de chuches. Yo ya era mayor para eso, pero me gustaba observarlos, y me senté en un banco seco a mirar. Al rato, un niño disfrazado de ¿melocotón? Se acercó a mí.

- Señorita unos niños me han quitado mis chuches, ¿tiene alguna para darme? – Preguntó entre sollozos. En realidad iba disfrazado de calabaza.

Busqué en mis bolsillos y en mi bolso y solo encontré un chicle así que se lo ofrecí y me lo agradeció antes de irse corriendo junto a un grupo de niños, uno de ellos disfrazado de Freddy Crugger y otro de murciélago que estaba comiéndose un helado. Escuché risas y me dio la sensación de que se estaban riendo del niño calabaza así que me acerqué a ver qué pasaba.

- ¿Vosotros sois los que le habéis quitado sus chuches? – Pregunté con autoridad.

El niño murciélago me miró y señaló un charco de agua detrás de mí, me di la vuelta y ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!, en el charco había sangre y pelos. Todos los niños se pusieron alrededor del charco, incluido el niño calabaza.

- Ahí están los niños malos. – Me dijo señalando el charco, y de repente la sangre se volvió agua.

En el charco sus reflejos no tenían rostro. Uno de ellos me agarró la mano, y sentí que me quemaba como si fuera fuego.

El otro me tomó la mano libre y un frío enorme penetró hasta mis huesos.
Paralizado por el miedo escuché en mi cabeza unas risas maquiavélicas y un ¡buh! sarcástico y me asusté tanto que no pude reprimir el llanto. El niño calabaza me amenazaba con un cuchillo.
- No intentes nada, nos vamos de viaje -. Y saltamos dentro del charco.
Sentí mi cuerpo caer por un precipicio, las sombras me rodeaban, quise gritar y no pude... La caída terminó cuando nos materializamos en un gran salón, con cientos de velas negras, donde esperaban muchos niños disfrazados.
Una pequeña muy rubia, con trenzas y un vestidito blanco, que acunaba en sus bracitos un osito de peluche, me miró con ojos crueles y me dijo:
- Has viajado en el espacio - tiempo. Antes de que la luna llegue al punto de la medianoche contestarás un enigma. Aciértalo y volverás a tu mundo. Será tu muerte si fallas, y tu fantasma vagará por mi reino.
- No tengo opción. Estoy en vuestras manos -. Contesté.
El niño calabaza trajo una bandeja con cinco vasos, los tres del centro llenos de agua y los de los lados vacíos.
- Debes mover un vaso para que quede siempre un vaso vacío por medio.
Tenía sed y tomé el vaso del centro, bebí toda el agua y lo volví a su lugar.
- ¡Lo ha logrado!. Dijeron todos.
Y era cierto. Miré los vasos y estaban alternados. Uno vacío, uno lleno, uno vacío, uno lleno y uno vacío.
Un remolino me envolvió y me llevó hasta otro charco. Volví a caer al precipicio hasta aparecer en mi parque. Los niños seguían de fiesta. Y yo, con el corazón a mil por hora, salí corriendo y me fui a casa. Demasiado Halloween para mi.

"FIESTA DE HALLOWEEN EN ELDRASIL"

Como cada año en la tarde del 31 de octubre el alboroto en las instalaciones del Campo de Entrenamiento de Arendyll es enorme.
Estamos invitados a la Fiesta de Halloween que se celebra esta noche en el cercano pueblo de Eldrasil, y estamos todos excitados. Las Banshees van volando de un lado para otro tan aceleradas que casi chocan entre ellas en el aire. Los Cancerberos ladran y corren contentos. Las Driades se acicalan coquetas, maquillando sus rostros para estar lo más bellamente terroríficas posible. Y nosotros, los orcos, formamos nuestra "comparsa Freddy Crugger" , con nuestras camisetas a rayas y nuestros guanteletes con largas cuchillas ( aunque, la verdad, la camiseta nos queda un pelín ajustadilla... pero que le vamos a hacer).
Suenan las campanadas del reloj de la Torre. Son las 10 de la noche y todos, en formación, nos encaminamos hacia la senda que, entre tinieblas, nos lleva al recinto de los Salones de Eldrasil.
Este año se han superado. El paseo que lleva a la Gran Puerta de los Salones está iluminado con montones de calabazas vacías con velas en su interior. Los murciélagos vuelan entre los árboles. Por la megafonía se escuchan risas terroríficas que hacen que algunos no puedan evitar un ¡aaaaaaah! del susto.... se te ponen los pelos de punta.
La entrada está espectacular. La gran puerta brilla con cientos de fuegos fatuos que la enmarcan. Muy tétrico.
El maestro de ceremonias nos recibe con un pequeño ejercito de camareros. Sus bandejas llenas de boles de melocotón en almibar, de copas de delicioso helado y de muchas otras chuches. Y mientras nos servimos, decenas de pequeños cañones disparan una bellísima lluvia de confeti de color rojo sangre.
La fiesta esta a punto de empezar....

La música nos hace mover el esqueleto, incluso hemos preparado una coreografía y nos hacen un corro en la pista de baile. Nadie esperaba que los Orcos fuéramos tan marchosos. Está siendo una fiesta estupenda.

Cerca de la medianoche, salgo a tomar el aire. De camino, veo un bol con ositos Haribo y cojo un puñado. ¡Qué buenos!

Me asomo a la terraza. El milenario árbol de Eldrasil se encuentra sobre un precipicio con vistas a todo Arendyll.

Escucho un llanto. Se trata de una pequeña elfa.

- ¿Te encuentras bien?

- Todos muertos - dice sollozando.

- ¿Pe-perdona? ¿C-cómo has dicho? - Se me eriza el vello y noto como el frío se mete hasta lo más hondo de mis huesos.

- Están todos muertos.

La miro, pero ya no la veo, un escalofrío recorre mi cuerpo. Una sombra de miedo recae sobre mí, pero sin acabar de creerme lo que esta niña acaba de decirme.

Entro al salón, la música continua sonando ajena a la realidad que ven mis ojos. Un mar de sangre cubre el suelo bajo cientos de cuerpos mutilados. Huele a muerte, ese olor es…

Vomito.

Oigo un goteo, alzo la vista y veo un cuchillo ensangrentado. El Señor Calabaza lo sostiene, me mira con sus ojos vacíos de vida y una sonrisa maquiavélica que jamás podré olvidar.

- ¡Buh! - susurra

- ¡Aaaaaaaaah! - grito y salgo despavorido.

Llego hasta la balconada donde minutos antes disfrutaba de las vistas. Siento una presencia tras de mí.

No doy crédito, estoy rodeado por los fantasmas de todas aquellas personas a las que quería. Su mirada amenazadora deja clara sus intenciones.

No veo escapatoria, lo último que deseo es pasar la eternidad como un ente maldito.

Miro a la luna, única testigo de lo sucedido en Eldrasil. Me dejo caer hacia el abismo.

Oscuridad.

Noche de Halloween

Las risas de los niños se oyen incluso con las ventanas cerradas, ¡qué molestos son! Yo que había planeado una tarde perfecta... mi libro de Melocotones Helados, una copa de Bourbon y el simple sonido del crepitar del fuego en la chimenea. Ya puestos a crear ambiente, tampoco me molesta el sonido de la lluvia golpeando contra mis ventanas.

Sí, soy de esas personas que odian Halloween. No compro chuches para los niños, no decoro la casa con calabazas sonrientes, y por supuesto no me disfrazo con afán de asustar a nadie. ¿Para qué? Cuando me levante por la mañana y me mire al espejo…eso sí que será terrorífico.

En fin, enciendo la tele a ver si dejo de escuchar esos gritos, risas y el trilladísimo “Truco o trato” que me está desquiciando.
Comienzo a hacer zapping a un volumen medio-alto a ver si al menos logro que sea lo único que escuche.
Vaya, qué novedoso Freddy Crugger con sus cuchillas ensangrentadas acaba de cobrarse una víctima. Cambio. ¿Sálvame Deluxe? Lo que me faltaba por ver, Belén Esteban disfrazada del Grinch con su pelo teñido de verde, muy favorecedor, debería pensar en mantenerlo.
No lo soporto más. Apago.

Cojo mi paragüas, voy a darme una vuelta. Me alejaré del centro para evitar el ajetreo de gente.

Que alguien me lo explique, ¿es necesario que tengamos que caminar en tinieblas? Ni una sola bombilla encendida en esta calle…

Un momento, ¿qué ha sido ese ruido? Miro hacia atrás y ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

¡¡Un maldito murciélago chupa sangre con los colmillos más grandes que he visto en mi vida me intenta atacar!!

No puedo ni pararme a pensar si esto puede ser real o no, lo único en lo que pienso es en salir corriendo como alma que lleva el diablo.

Sigo galopando por esta calle llena de sombras, giro en varias esquinas, pero no lo consigo despistar, de repente siento que no hay suelo bajo mis pies y caigo por un precipicio, me pongo a gritar como una loca, toco tierra y comienzo a rodar, choco contra algo y me desmayo.

Empiezo a recobrar la conciencia pensando que había tenido una pesadilla, pero me duele el brazo, creo que tengo un hueso roto. Intento recapacitar sobre lo que ha pasado, seguramente al correr con tan poca luz me he desviado por la calle que lleva al barranco del olvido y he caído por ahí.

No sé cuánto tiempo ha pasado, saco mi móvil, pero está muerto, el cristal totalmente quebrado, debió golpearse con alguna roca, la luna se asoma detrás de una nube, enorme y amarilla, supongo que pasa de medianoche y otra nube vuelve a ocultarla.

Un viento frío surca el barranco, entumece mis brazos y el dolor se hace agudo por momentos. Mi maquiavélico cerebro está hirviendo, estoy aquí sin comunicación posible, pocas fuerzas, al borde de la hipotermia, la idea de la muerte se me pasa por la cabeza, y por primera vez desde hace mucho tiempo siento miedo.

Sin darme cuenta broto a llorar, grito por si alguien me escucha, pero sólo responde el eco de mi llanto, caigo de rodillas y me da un escalofrío, tengo la sensación de estar rodeado de fantasmas, escucho:

- ¡Buh!

La luna vuelve a aparecer, reconozco pequeñas siluetas disfrazadas, uno me apunta con un cuchillo, otro lleva un osito. Malditos niños, al final me van a salvar.

Una voz que sin duda no puede ser de un niño responde a mi pensamiento:

- Te equivocas, somos elfos, bienvenida al reino de Elvenar, tu nueva vida acaba de empezar.

Anoche soñé contig@

Hola querid@ habitante de Elvenar, mi nombre es Freddy Crugger, no sé si me recuerdas, aunque ahora estoy más viejo. Se me ha caído el poco pelo que me quedaba y cada vez que me pica algo me entra la risa, porque si intento rascarme ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!, me sale sangre. Hace tiempo que no puedo comer chuches, helados, ni melocotones, el terrorífico dentista me los ha prohibido, mi plato fundamental es la crema de calabaza.
Pero bueno ya está bien de hablar de mí, el caso que me acontece es que anoche soñé contigo, y me caíste bien. Fue todo un detalle que no te pusieras a gritar y correr como hace todo el mundo, e incluso me emocionó que me llevaras a conocer tu preciosa ciudad, con sus enormes casas de 15 niveles y sus talleres a pleno rendimiento, da gusto pasear entre gente con tan elevado nivel cultural. Pero lo que de verdad me encantó fue esa máscara de guerrero que me regalaste, de ahora en adelante pienso llevarla puesta en todos mis sueños.
Yo hasta ahora no tenía muchos amigos, nadie me había dado la oportunidad, así que como prueba de mi amistad quiero advertirte del terrible peligro que acecha tu ciudad, las alianzas del norte de Elvenar se están conjurando y planean arrasar todo el país, y ahí en medio, se encuentra tu ciudad. He visto cómo sus elfos y magos están entrenando bandadas gigantes de murciélagos, les conceden hechizos y son capaces de lanzar una densa lluvia de fuego que arrasa por doquier y después lo deja todo en tinieblas…

Pero, querid@ amig@, lamento anunciarle que esa no va a ser la única amenaza a la que debes temer. Algo se está despertando desde abajo. No del sur, sino desde bajo de la tierra ¿Recuerdas aquel cementerio antiguo que me enseñaste? El que estaba repleto de huesos enormes y cuyo terreno recalificaste en tu última expansión. Pues estaba maldito.

Tuve una sensación de frío intenso al pasar junto a él y me pareció escuchar un llanto desde las sombras. Me perdonarás por no haberte avisado al instante, pero soy malvado, taimado... un ser maquiavélico. De hecho, iba a matarte, pero te cogí aprecio.

Si estuviese en tu lugar sentiría miedo. La medianoche de Halloween abandona tu ciudad si quieres evitar la muerte ¡No luches! Me caes bien. Las espadas, los arcos, los cuchillos... ¡buh! Van a ser inútiles. Incluso la magia resulta inocua ante esas criaturas. Déjalas que destruyan lo que quieran. ¡Huye! Convence a la población para que también lo haga. Con la luz del día, no quedará ni rastro de ellas, aunque tampoco de tu ciudad; pero seguiréis vivos. Deja los escombros a los norteños.

Los conozco, amig@, me enfrenté a esos seres cuando todavía conservaba el vigor de la juventud... y huí. Me lancé por un precipicio cuando estaba acorralado y me dieron por muerto. No son fantasmas, son... algo peor. Si te tocan, te roban el alma.

Si tras leer estas líneas te empeñas en luchar, algo que no te recomiendo, te daré dos consejos:

  1. No grites; eso los vuelve más agresivos, más fuertes.

  2. La luna llena, o casi llena, como es el caso, los debilita. Un espejo que refleje su luz hacia ellos es un arma más efectiva que una espada. Reza para que no esté nublado.

¡Ositos!... digo, ¡besitos!

Freddy

Las simpáticas travesuras de Freddy

Freddy Crugger estaba contento. Sabía que hoy era su día y quería celebrarlo a lo grande, así que salió a la calle y gritó a los cuatro vientos:

—¡¡Hoy es Halloween!!

Solo de pensarlo sintió un escalofrío de emoción. Estaba tan excitado que le abrió las tripas a un afortunado transeúnte, entre risas y chorros de sangre. Freddy no pedía chuches por las puertas, ni vaciaba calabazas; él era un ser terrorífico, con una reputación que mantener.

A continuación le prendió fuego a una casa en la que vivían dos viejecitas y se regocijó con su ocurrencia. Observó como las llamas consumían el pelo de las ancianas y lamentó no poder volverlas a quemar. Fue una gran idea.

Un niño caminaba mientras devoraba un helado de melocotón y Freddy vio que eso no estaba bien.

—Los helados son para el verano— pensó— producen irritación de garganta y contribuyen a la obesidad.

Así que Freddy se cruzó en su camino y le gritó con todas sus fuerzas:

—¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

El niño salió corriendo y dejó caer el helado. Gracias a su noble gesto, el niño perdería muchas calorías. El detalle de arrancarle la oreja de un mordisco reforzó más su argumento.

—Ahora crecerá más saludable —reflexionó mientras masticaba cartílagos— aunque tal vez debería devolverle las vísceras.

De repente, el cielo se cubrió de tinieblas y la lluvia irrumpió en aquella noche tan especial. Un portal apareció de la nada y de él salió un enorme y simpático murciélago, de cuya boca emanaban ríos de sangre. Freddy supo que sería su amigo; le transmitía confianza.

—Conozco un lugar llamado Elvenar, que está lleno de seres a quienes podemos torturar. ¿Me acompañas?

—Será un placer, amigo Freddy. Hoy es nuestra fiesta. ¡Vamos!

Salieron corriendo en direccion a Elvenar, a aterrorizar a sus magicos habitantes ...

- Preparate querido murcielago, tengo un plan maquiavelico - dijo Freddy.

Ya cerca de la medianoche, cuando las sombras son mas densas sin la palida luz de la luna, Freddy y Murci, divisaron unos ositos, Freddy se acerco lentamente sin que lo vieran y como un fantasma gritó: ¡buh! salto frente a ellos, atraveso a uno con un cuchillo que herido de muerte resbalo en su propia sangre, el otro osito rompió en llanto de miedo y fue rapidamente acallado por Murci, que de un certero mordisco lo degollo.

- Ufff que debiles son los elvenarianos- dijo Freddy, mientras limpiaba el cuchillo en la espojosa piel del osito...

- Despues de todo es mi noche - pensaba Freddy - Gruuuuaaa!! - dijo Murci feliz...

Recorrieron las adoquinadas calles, destrozando talleres, rompiendo las cristalerias, desparramando elixires, acuchillando y mordiendo elfos por doquier , desgarrando y mutilando, el rastro de huesos y sangre era espeluznante...

- Aaah!! - Que noche, el mejor halloween de mi vida! - penso Freddy - escupiendo el huesito de un dedo...

Lo que no sabian es que eran observados atentamente por los Elfos Grises, que no iban a permitir que extraños cortaran y mutilaran a los magicos seres elvenarianos... Con magia ancestral fueron guiandolos hasta el precipicio sur junto a los frios guardianes de piedra...

- Que raro - dijo Freddy - y se acerco lentamente al borde, Murci revoloteo nervioso... atraidos por los extraños sonidos.

Repentinamente... ¡Zuuaaaass!! se abre el abismo tragando a ambos entre una nube de arena y piedras.

Los Elfos grises habian abierto el portal de las almas extraviadas y asi devuelto a Freddy y Murci al lugar de donde venian.

La noche de Halloween habia llegado a su fin.

El Bosque Urdhayl

Ariadna, la elfa del clan de la hoja rizada, se adentro aun mas en la densa foresta, sentia una opresion una cierta inquietud, no podia explicar porqué pero la sensacion estaba...
Molesta siguio caminando rapido, casi corriendo, mientras tanto una tenue lluvia comenzaba a caer, ella sabia que debia atravesar rapido el bosque Urdhayl antes de caer la noche...
Las antiguas leyendas hablaban de extraños sucesos que ocurrian cuando las tinieblas cubrian el bosque, leyendas que helaban la sangre, siempre el bosque Urdhayl fue extraño, en las noches heladas de invierno ruidos extraños y mas de alguien decia haber escuchado risas burlonas...
Cefesto, el jefe del clan, le habia dicho a Ariadna:
"Debes ir al campo de calabazas del medio-elfo Freddy Crugger y negociar la cosecha de primavera, lleva algunos chuches para sus murcielagos mascotas..."
"Quien tiene murcielagos de mascotas" penso Ariadna
Era rarisimo ese tal Freddy, y se guardo de decir lo que pensaba a Cefesto, este tenia una debilidad extraña por el sujeto, seguramente era por el licor de melocoton de Crugger, se decia ponia fuego en las venas... no pudo evitar sonreir al recordar como se puso Cefesto la primera vez que probo el licor de melocoton..
Distraida por sus pensamientos no presto atencion por el entorno, a la opresiva oscuridad que lentamente se cernia sobre ella ni los extraños ruidos que parecian seguirla...
De improviso ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!, un aullido terrorifico, Ariadna sintio que se le ponian los pelos de punta y la sangre se helaba en sus venas...

La mano derecha voló hasta la cintura y asió con fuerza su cuchillo. El frío tacto metálico la tranquilizó y calmó su miedo inmediatamente.

Escuchó con atención unos minutos, mientras su pulgar acariciaba inconsciente el suave relieve tallado en la empuñadura; unos infantiles ositos, último detalle burlón de su hermano Gaelder. Ariadna recordó su mirada avergonzada cuando se lo entregó como ofrenda de paz, tras haber provocado su llanto. Su maquiavélico plan, escondido bajo una sábana cual lúgubre fantasma, y su repentino ¡buh! no pretendían sino hacerla gritar un poco.

Reanudó presurosa la marcha, ¡a ese paso le daría la medianoche caminando!
Repentinamente, el bosque se abrió dando paso a un extenso claro sembrado de gigantescas calabazas. ¡Nunca nadie en la aldea había logrado unos ejemplares como los que ahora miraba alelada!
Freddy guardaba celosamente el secreto de sus cultivos. ¡Hasta la muerte!, solía decir socarronamente.

Decidida, se adentró entre los colosales frutos. Las retorcidas ramas, mecidas por la brisa y bañadas por la tenue luz de la luna, arrojaban sombras semejantes a largas extremidades que amenazaban atraparla; y bajo sus pies, la helada tierra crujía como si caminara sobre quebradizos huesos molidos.
Al fondo, una destartalada cabaña de madera peligrosamente inclinada sobre el borde de un profundo precipicio, abría su iluminada puerta en un claro gesto de bienvenida. Y ante ella, recortada por la reconfortante luz una encorvada figura extendió sus brazos ...
-Vaya, vaya, vaya ... ¡cúan grata sorpresa trae la noche! ¡Ariadna!, si no recuerdo mal...ese es tu nombre, ¿verdad? ¡Pasa, pasa, por favor!_ dijo el amable anciano empujando suavemente a Ariadna al interior.
-Sé que ansias conocer el secreto de mi humilde trabajo, y esta noche, por segunda vez, creo que voy a desvelarlo...

TRUCO o TRATO (JUEGA o MUERE)

¡Ya vienen!¡Ya vienen! _
Aquellas cuatro palabras quedamente susurradas al oído y repetidas hasta la saciedad, como si de un mantra protector se tratara, provocaron el caos entre el grupo de exploradores avanzados, que aterrados, corrieron en desbandada en todas direcciones...

El joven aprendiz elfo llevaba más de tres días sin permitirse descansar. Tres días de locura desde que aquel desaliñado humano de pelo rojo como el fuego, irrumpiera en su campamento sembrando el miedo entre maestros y alumnos con sus historias pasadas.
Un suave revoloteo sobre su cabeza le devolvió al presente. Un inquieto murciélago, que a modo de improvisado compañero, había buscado refugio de la persistente lluvia bajo el estrecho saliente de la roca que a él mismo cobijaba. Un inofensivo murciélago de la fruta. Inmediatamente se calmó.
Recordó por un instante al inocente elfo que apenas unos días antes corría entre risas por las seguras calles de su aldea. ¡Un Freddy Crugger en miniatura, cargado con una calabaza hueca rebosante de dulces chuches!

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! _El terrorífico grito rasgó el opresivo silencio nocturno ...

Inmóvil, con la sangre helada en sus venas, aguzó su entrenado oído...
Una espeluznante mezcla de sonidos fue poco a poco invadiéndolo todo. Cortantes latigazos; secos ¡chops!, cual pequeños saltitos húmedos; todos ellos acompañados de unas siniestras risillas alegres (ji, ji, ji, ji ), cada vez más claras y cercanas.

El aire, en el reducido espacio del que disponía, se saturó de un afrutado aroma a melocotón, mientras ante él, entre tinieblas que dificultaban al extremo su aguda visión y la ponían a prueba, una difusa figura femenina, lentamente, se iba materializando.

Era muy joven y ...
...Sonreía...

bella, de ella emanaba ese aroma que era casi hipnotizante. De pronto un susurro al oído lo hizo saltar -¡Buh!- le dijo una figura blanca como fantasma atrás de él casi flotando en el aire. Alrededor innumerables sombras con formas de ositos pero con risas maquiavélicas que le infundieron un miedo de muerte; estaba totalmente paralizado y sin poder pensar.

Ella se acercó y con voz grave le preguntó -¿Truco o trato?- mientras sonreía…


A lo lejos se oyó un llanto amargo y un fuerte escalofrío recorrió su piel, lo que lo hizo sacar de entre su ropa, un cuchillo con el que dirigió un grito hacia todos los que lo rodeaban; algunos dejaron escapar un sonido extraño y retrocedieron, él aprovechó y sin dudar corrió sin rumbo entre la obscuridad…

Después de un rato, exhausto se detuvo sosteniéndose de las rodillas; había pasado la medianoche, las tinieblas comenzaban a dispersarse y la luz de la Luna dejaba ver con claridad, al levantar la mirada, se estremeció al percatarse que un precipicio estaba a tan solo un paso, el asombro lo hizo retroceder y chocar con un cuerpo frío; giró rápidamente y vio que era ella nuevamente, sin pensarlo le enterró su cuchillo diciendo –Ni truco, ni trato-.

La joven dejó de verse bella y al contrario, solo era un poco de huesos con olor desagradable que gritaba de forma aterradora. El cuchillo que estaba incrustado en uno de los huesos, tenía un brillo azul que fue expandiéndose y como magia, hizo que todo incluyendo los ositos, se desvaneciera con el viento, dejándole una sensación de paz al joven elfo. Entonces, recordó las palabras de su abuelo cuando le regaló el cuchillo –Siempre llévalo contigo, es especial y algún día te mostrará su brillo- y comprendió, que todo había terminado.

PESADILLA INCOHERENTE

Anoche tuve un sueño… más bien dicho, una pesadilla así tipo las de Freddy Crugger pero demasiado rara e incoherente, entre terrorífica y cómica pero sin llegar a las carcajadas. Soñé que me estaba preparando para la noche de Halloween, fui a comprar una montaña de chuches para todos esos mocosos que pasan en la noche y de regreso, me puse a decorar la casa con calabazas, telarañas, unos cuantos huesos y unos murciélagos que maté una noche antes en mi jardín trasero; estaban batidos de sangre, lo cual hacía que fueran la decoración perfecta.

Y bueno, ya tenía todo listo así que rebané unos melocotones y me los serví con helado para ver una película, me senté en mi sofá más cómodo y subí a mi perro Gorgorito conmigo. De repente, sentí un aliento putrefacto en mi cara y resulta que ¡Me había quedado dormida! Desperté y un rostro desfigurado me observaba, me aventé de espaldas y caí al suelo, el golpe que me hizo cerrar los ojos de dolor un instante, también me hizo despertar completamente; cuando los abrí, mi Gorgorito no estaba, pero enfrente, vi como una figura entraba a mi habitación, parecía una mujer vestida de negro y con el pelo larguísimo y blanco; en la pantalla de la tv volví a ver el rostro desfigurado mientras se escuchaba una risa estruendosa revuelta con música del grupo pop del momento, después de unos segundos, la tv explotó y comenzó a aventar fuego hacía todos lados como metralleta, lo cual hizo que por fin reaccionara e hiciera que saliera corriendo despavorida a la calle y gritando ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! corrí como loca sin parar, afuera estaba todo en tinieblas y un momento después, estaba empapada con la gran lluvia que comenzó...

Empapada hasta los huesos y muerta de frío dejé de correr. ¿ Donde estaba?, no veía nada a mi alrededor, las nubes ocultaban la luna, el miedo se apoderó de mi, sola en mitad de la nada sin ver el suelo que pisaba ni donde me llevaría el siguiente paso.

Temblando, seguí caminando muy despacio, traté de infundirme valor, no dejar escapar el llanto que me ahogaba el pecho y pugnaba por salir. Ya debía ser medianoche sin embargo en un abrir y cerrar de ojos las sombras se disiparon bajo numerosas luces centelleantes.

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!, grite horrorizada, me encontraba delante de un precipicio con un pie en el aire a punto de caer en el. Con los brazos en cruz intentaba mantener el equilibrio, cuando de entre las luces surgieron dos ositos que me agarraron uno de cada mano evitando lo que pensé iba a ser una muerte segura.

En estado de shock me dejé llevar por ellos y otros más que reían, cantaban y bailaban . Me contagié de su alegría, reí con ellos feliz por que me habían salvado la vida. Si me hubiera parado a pensar hubiera caído en lo incoherente de la situación, ¡unos ositos de peluche cantando, bailando, con antorchas!, y ¡me habían salvado la vida!

Las sorpresas no habían terminado, se detuvieron en un claro del bosque donde había muchos más ositos, mis ojos se cruzaron con los de uno de mirada maquiavélica que tenía un cuchillo en cada mano. Pude ver las palabras que salían de su boca babeante, las mismas que gritaban rítmicamente todos los ositos que ya se abalanzaban hacia mi, ¡¡¡Comida!!!, ¡¡¡Comida!! ¡¡¡Comida!!!

En ese momento desperté sobresaltada, Gorgorito lamía mi cara, llamaban a la puerta. Abrí y unos niños disfrazados de fantasma dijeron ¡buh! Desafiante grite ¡¡¡A POR ELLOS GORGORITO!!!

Terror en el campo

A media tarde llegamos al huerto del tuerto.
Esperamos agazapados a que se marchara para entrar en su campo de calabazas, dispuestos a elegir algunas como adornos para la fiesta de halloween.
Justo en ese momento el cielo oscureció y arreció una fuerte tormenta. Fuimos corriendo a refugiarnos en una pequeña cueva despertando con nuestras voces a los murciélagos que la habitaban.
El tiempo se nos hizo eterno y dimos buena cuenta de las chuches que Mario había traído. Al fin la tormenta cesó, aunque no dejaba de llover, y no tenia pintas de que fuese a parar.

La cueva estaba en tinieblas, había oscurecido, pensamos que lo mejor sería marcharse y olvidarnos de las calabazas, aunque ya que estábamos ahí no podíamos echarnos atrás, un poco de lluvia no nos podía amedrentar. El camino podía transitarse bien, pero el campo era un lodazal, nos íbamos a pringar pero que muy bien.
Los cinco sin hablar, mirando el campo , hasta que Fredy Crugger se descalzó, remangó sus pantalones y haciendo equilibrio con un gran esfuerzo dio algunos pasos.
- Hagamos una cadena - sugirió Melocotón. Me dio el cuchillo, yo les fui pasando las calabazas. El pelo me chorreaba, tenía helados los pies, pero no importaba, ya teníamos las calabazas.

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!, grite cuando caí de bruces al barro mientras mis amigos se tronchaban de risa. Osito fue el primero en reaccionar, estaba ya en el camino, dijo a los demás que me sacaran de ahí que iba a la cueva a hacer fuego.

Crugger metió sus manos en el barro para agarrarme el brazo y poder levantarme, lanzó un grito terrorífico, la sangre se nos quedó helada, del barro sacó un brazo al que se le veían los huesos, y no era el mío.

Después de salir del barro dirigí a mis amigos una mirada inquisitiva. Tras del susto inicial todos habíamos tenido la misma maquiavélica idea. Bajo la Luna y entre las sombras de la cueva tramamos nuestro ardid. Esperamos a la medianoche impacientes. Solo Osito conservaba algo de miedo. El frío ya se había establecido y el llanto del viento, en el precicipico gemía con cada nueva ráfaga haciendo de la noche el escenario perfecto para nuestra mascarada. Yo con el cuchillo , que había recuperado del barro, cercené unas cuantas calabazas. Entre todos las vaciamos y tanto Osito como Freddy las usaban de casco. Melocotón en cambio prefirió robar la ropa al espantapájaros. Yo llevaba el brazo de la muerte. Pero el mejor disfraz lo llevaba el fantasma de Palma. Él portaba el cuchillo y se había impregnado con el vaciado de las calabazas. Realmente ponía los pelos de punta.
Así los cinco nos dirigimos a la casa del tuerto. Había un motivo para haber elegido su huerto de entre todos para robar. Ese maldito tuerto era diabólico. Nunca era amable con nadie, era huraño y además muy feo. Por eso decidimos vengarnos dándole el susto de su vida.
Nos colocamos cuidadosamente en el porche de forma que la luna solo incidiese en parte sobre nosotros para enfatizar nuestro horroroso aspecto. Entonces yo, con mi capucha puesta y el brazo de hueso llamé a la puerta. El viejo tuerto apareció y con un ¡Buh! Palma intentó tocarlo, pero lo atravesó. Su mano simplemente no encontró nada sólido y el tuerto se desvaneció.
Miramos hacia dentro.
Vimos un hombre, todo huesos, en una mecedero, le faltaba un brazo.
Solté el brazo. Todos gritamos y salimos corriendo sin saber muy bien qué había ocurrido pero muertos de miedo.

Mapy y el melocotón errante

Corría una fría tarde. El cielo ardía con la caída del Sol. El fuego de las calabazas crepitaba; era de otro mundo; recordaba a las almas ardientes del Hades, envueltas en el candor del castigo eterno.
Aparté la mirada y continué mi camino. Cuando las tinieblas se hicieron con el último rayo de luz, vino la lluvia. Apagaba la risa de las calabazas mientras la sangre se congelaba al contemplar la terrorífica estampa que la lluvia dejaba al aguar la noche a los pequeños que a vienen por chuches.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
-Vamos, tranquilízate- me dije a mí misma- sólo era un murciélago. ¿No pensarás que Freddy Crugger va a aparecer a la vuelta de la esquina?

Con este arrebato de sensatez continué mi camino, con el pelo empapado, helada y con un terrorífico presentimiento.

-Espera un momento. ¿Un melocotón? ¿En medio del camino?
Fue entonces cuando un tipo un tanto extraño salió de entre las sombras.

-Disculpa - se dirigía a mí - ¿Has visto a Mapy?
-¿ A.... quién?
- A Mapy. Es así de grande, con unas orejas así como de punta y vuela medio torcido.
- ¿Tu mascota es un murciélago?
- ¿Mascota? ¡¿¡¿¡¿ MASCOTAAAA?!?!?! MAPY NO ES MASCOTA!!! MAPY ES AMIGO, FAMILIA, HERMANO....

El misterioso desconocido se había alterado sin motivo aparente y había abandonado su posición encorvada para adquirir ahora una más erguida. Era alto y delgado. Sus ropas no dejaban vislumbrar su forma física, pero apostaría a que no era un tirillas.
Algo me sacó de mis pensamientos; el hombre se acercaba con gesto amenazante bajo la lluvia, que se había llevado las luces, sólo dejando silencio húmedo.... y al tipo que tenía en frente.

Intenté gritar pero no pude. El miedo atenazaba mis cuerdas vocales y para mi desgracia también mis músculos. El siniestro hombre se aproximaba sin que yo pudiese siquiera moverme. De repente, atisbé una sombra que a la luz de luna no paraba de zigzaguear.

- ¡Buh!- oí a mi espalda.

Me dio un susto de muerte. La expresión del hombre cambió por completo y exclamó al borde del llanto:

-¡Mapy!

El murciélago sobrevoló mi cabeza y se dirigió hacia el hombre que lo abrazó con afecto.

- Quería darte un susto- dijo Mapy.

- Sí, ha quedado muy efectista lo del ¡buh!, pero eso es más para fantasmas - dijo el hombre.

Yo estaba atónita, parecía medianoche, hacía un frío que helaba la sangre y acababa de escuchar a un murciélago hablar.

Entonces, los maquiavélicos ojos del hombre se posaron en mí. Acto seguido, un cuchillo con mango de hueso apareció en su mano y exclamó:

- En cuanto a tí...

-¿La invitamos a cenar? -susurró Mapy.

El hombre lo meditó unos instantes y dijo:

-Pues claro, Mapy.

Se agachó y recogió el melocotón, lo partió con el cuchillo y me ofreció un pedazo.

-También tenemos ositos de gominola si no te va la fruta.

Yo seguía perpleja. Creía haber estado al borde de la muerte, a punto de caer a un precipicio sin retorno y ahora estaba invitada a cenar con un extraño hombre y un murciélago llamado Mapy que hablaba. Me sorprendí a mí misma cuando dije:

-Estaré encantada de probar esos ositos de gominola que me habéis ofrecido.

Sorpresa en Halloween

Había ido a recoger su disfraz de Freddy Crugger para Halloween y a la vuelta la lluvia lo pilló de lleno y sin ninguna posibilidad de resguardarse. Al llegar a casa estaba helado y con el pelo empapado, así que se puso al lado del fuego para calentarse. Mientras se calentaba, echó un vistazo y vio que todo estaba listo para la gran noche: la calabaza con la vela encendida sobre la mesa, un murciélago de plástico con sangre en los colmillos colgando del techo y chuches para los niños que seguro vendrían más tarde. Parecía que entraba en calor, así que sacó el disfraz de la funda para estar preparado para cuando llegasen los niños. Le encantaba asustar a los pequeños y que salieran corriendo cuando gritaba ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!. A él nunca le habían resultado terroríficos los monstruos de las historias. Él le tenía miedo a los monstruos reales. De pequeño, había un niño mayor que él llamado Alfredo, muy corpulento, tanto que parecía un oso y siempre estaba molestándolo. Un día, cuando volvía a su casa y casi anochecía, de entre las tinieblas surgió Alfredo y se dirigió hacía él. Se puso muy nervioso, se le aceleró el corazón y trató de evitarlo, pero estaban solos y Alfredo ya había decidido que iría a por él. Comenzó a correr, al alejarse sintió un golpe en la cabeza y una risa. Era la risa de Alfredo. Al recibir el golpe se detuvo y miró hacia atrás. Alfredo ya no estaba. En el suelo había un melocotón tirado. Seguramente, eso le había lanzado Alfredo. Esa era una de tantas veces en las que sintió miedo por culpa de ese malvado niño. Pero ahora ya no podría ir a por él nunca más. Estaba muerto.

Ahora paso a contaros los detalles de la historia. Estaba cansado de pasar miedo, vivía en un pequeño pueblo, se encontraba con Alfredo muchas más veces de la que pensaba. Así crecían en su interior unas sombras que no presagiaban nada bueno. Deseaba fervientemente la muerte de Alfredo y a la vez la temía pues le atemorizaba la idea de su fantasma acosándolo.
Ocurrió un año, en las fiestas del pueblo; que una niña cíngara y ciega leía el porvenir a cambio de la voluntad. Fue así como una bolsa de sus ositos de gominola se convirtió en el inicio de un plan maquiavélico. La niña le dijo:

-Quienes mueren en Halloween no pueden convertirse en fantasmas.
Aquella noche hacía mucho frío, él sentía que se le había instalado en los huesos. Llegó la medianoche, la Luna se encontraba en su cénit y un llanto histérico y convulso le sacudía el pecho, deseaba gritar mas no lo hacía. En esto ve a Alfredo rondar por su calle. Se arma de valor y con el enorme cuchillo Gurka de su padre bajo la parca y un gran melocotón en el bolsillo, sale para llamar su atención; logrando que lo persiga hasta el precipicio de la afueras. Cuando lo tuvo a su lado le apoyó el enorme cuchillo en el pecho y observó su cara de estupefacción y su bocaza abierta. Sacó el melocotón diciendo:

-¡Esto es tuyo!. ¡Métetelo en la boca entero!
Cuando lo intentaba, un golpe con la empuñadura en el melocotón lo hizo caer y poff .Ruido sordo muchos metros abajo. Luego ¡Bumm! El muy imbécil llevaba pirotecnia en los bolsillos.
Al día siguiente....

NOTICIA: Gamberro atragantado se despeña.

Durante días se hizo bocina con el diario, buhhh, ¡BUH!. - asustando a los despistados

Dos malos bichos en una noche de terror

Noche de Halloween, noche de calabazas anaranjadas luminiscentes y negros murciélagos vampiros llenando los tenebrosos cielos en busca de la preciada y roja sangre.La terrorífica danza que practican cuando emergen de las tinieblas, realizando sus macabras piruetas en el cielo estrellado, pone los pelos de punta a más de uno; y hace que un inesperado escalofrío helado recorra su columna vertebral. En una fría noche como esta, las pobres almas atormentadas sufren terribles pesadillas y rememoran los más trágicos y crueles momentos de sus tristes y violentas vidas. En algún caso sienten que el fuego abrasa sus venas y estos fuegos internos no se apagan con el agua de lluvia. Ajenos a esto los inocentes niños se dedican a jugar y correr alegremente, piden chuches puerta por puerta; aunque en alguna casa les den un rico y saludable melocotón.
En la atormentada cabeza de Logan, se arremolinan la infinidad de muertos que pesan sobre su podrida conciencia. Y en medio de sus horribles y oscuras pesadillas se cuela claramente la estridente risa de Freddy Crugger. Que cuando se acerca sigiloso a la cama de Lobezno...

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Las garras de adamantium le aguan la fiesta convirtiendo en harapos su ya de por si ajado jersey a rayas.

-No grites como una nenaza ¿acaso no eres tu quien gusta de provocar el terror en los mas débiles?.- en esta noche tan particular te voy a regalar una chuche , que a buen seguro recordarás por siempre.Te voy a poner la barriga y el pecho a cuadros para que hagan juego con esa cara tan fea (dijo mientras se acercaba exhibiendo amenazador
sus manos armadas de brillantes garras).

-No soy ajeno a tu fuerza, Logan. Pero este es mi reino, son mis normas… -La muerte se dibujó en la expresión maquiavélica de Freddy- ¡Tengo ventaja!

La sombra de Logan que la Luna proyectaba sobre la pared asestó en él una certera puñalada con sus filos extendidos. Logan se retorció de dolor, pero en el preciso momento en el que la mano del fantasma volvía a la pared su cuerpo comenzó a regenerarse como de costumbre.

Freddy tomó asiento en la butaca de la habitación y, suspirando, se dispuso a abrir una bolsa de osos de gominola. Regodeándose extrajo uno de los ositos, lo miró fijamente y exhaló un tímido “¡buh!”, que fue suficiente para que el osito empezara a agitarse entre sus cuchillos, mientras gritaba auxilio entre llantos intercalados.

-¿Sabes? –su sonrisa se igualó al frio de la medianoche –¡Vivos saben mejor!

Logan recuperó la compostura y cargó contra Freddy. Pero el fantasma de la pared volvió a acuchillarle hasta el hueso, deteniendo así su avance. Herido de nuevo, esta vez se volteó para contraatacar, pero tan solo atravesó la sombra como si fuera… lo que es… una sombra…

Sin tiempo a regenerarse el espectro volvió a apuñalarle en el mismo sitio. Después en el costado, los muslos, la cara… Sin dar tiempo a que la herida sanara volvía a abrirla y añadía otra más, lo suficientemente profundas para que cualquiera deseara acabar saltando por un precipicio, pero procurando no ser mortales.

-Te he anulado Logan, no volverás a… -Rebuscó en la bolsa. –Vaya, se han acabado…

La sombra cesó su juego de apuñalamientos.

-Volveré cada noche Logan, hasta que tu narcisismo te deje ver que hay otras cosas a las que tener miedo. Que no eres el único inmortal o que… quizá… tú ni siquiera lo seas.

Atentamente,
El Equipo de Elvenar
 

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¿Cómo votar?
Querida comunidad,

ya sois varios los que preguntáis, cómo se vota. Pues os lo explicamos en 2 sencillos pasos:
1- En la parte superior de este mismo tema (subir a tope) encontraréis una pregunta y unas casillas para hacer click, es decir, esto:
t7012m71ToWSyWTMA5HxCg.png
Ahí es dónde debéis hacer las votaciones.
2- Para votar, es tan sencillo como seleccionar 1, 2 o 3 casillas (la de los correspondientes relatos que más os guste) y darle al botón "votar":
xMdfFNFQRfGTziNWVGBNJA.png

Y ¡listo! Ya habréis votado a vuestros favoritos. Recordad que no podéis cambiar el voto una vez dado al botón "votar" pero, hasta entonces, si os arrepentís de haber seleccionar Relato X quisiteis poner Relato Y, tan solo click de nuevo para deseleccionar la opción.

Recordad podéis dejar todos vuestros comentarios en este tema: CLICK.

Atentamente,
El Equipo de Elvenar
 

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Querido Elvenarianos:

¡Cerramos votaciones! Nuestros ocho finalistas (debido a empates, no pueden ser siete) que pasan a votación interna son los siguientes:
  • Relato 04 -> 14 votos
  • Relato 06 -> 12 votos
  • Relato 12 -> 12 votos
  • Relato 01 -> 09 votos
  • Relato 05 -> 08 votos
  • Relato 07 -> 08 votos
  • Relato 15 -> 08 votos
  • Relato 16 -> 08 votos
En cuanto se haga la votación interna anunciaremos a los ganadores. Comentarios en este tema: CLICK.

Atentamente,
El Equipo de Elvenar
 

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Querida comunidad,

tras una votación interna bastante reñida, finalmente, tenemos a los premiados:
Y los autores que se llevan los premios y la cantidad son:
¡Enhorabuena a todos los premiados! Y, una vez más, ¡gracias a todos los participantes por hacer posible el concurso!

NOTA: Los premios serán acreditados a lo largo de la semana, si en una semana no tenéis los premios, por favor, contactad por Mensaje Privado (charla / MP) con @krak93.

Podéis dejar vuestros comentarios en este tema: CLICK.

Atentamente,
El Equipo de Elvenar
 
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