Sophie tiene mucha razón, si juegas sin diamantes, siempre vas de cabeza con el espacio porque las expansiones cada vez cuesta más conseguirlas y para subir las fábricas cuando cambian de nivel piden una cantidad de población prácticamente inasumible porque o pones casas o pones fábricas o pones cultura para poder fabricar las dos cosas anteriores y es un rompecabezas que realmente hace honor a su nombre.
Con las misiones repetitivas lo más fácil de conseguir son las monedas y los martillos, si las usas bien, desde que eres chitquitito puedes obtener un suministro ilimitado de ambos y al tener eso también te aseguras estar aprovisionado de acero, mármol y tablones porque con los excedentes de monedas y martillos puedes comprarlos a un precio razonable en la lonja. Con el resto de los productos el precio es prohibitivo incluso con el capitolio al 15.
Mi estrategia (tan buena o tan mala como cualquiera, hay tantas como jugadores XD) consiste en subir lo primero el capitolio, las casas y los talleres -por ese orden- lo más posible dentro de cada nivel del juego sin poner más casas ni más talleres de los necesarios. Después lo mismo con el cuartel y los arsenales y por último lo mismo con las fábricas.
Subir el capitolio, las casas y los talleres es fundamental para tener una economía saneada que te permita utilizar las fábricas y con sus productos hacer las investigaciones. Subir el cuartel y los arsenales te permite conquistar provincias que te darán bonificación para tus fábricas y vecinos a los que visitar para obtener más recursos.
Pero la mejor estrategia de todas es jugar a tu ritmo sin agobiarte ni crearte presiones innecesarias porque al final, si tienes una ciudad saneada, progresarás y la disfrutarás y los avances serán fuente de gratificación, si te obsesionas con ir más rápido acabarás estresado en lugar de disfrutar del juego