Saludo al rincón de los poetas y todo lo hermoso que han dejado. Mi especial mención a wallada por tan buenas rimas y descripciones poéticas. Hermosas.
Dejaré algo de mi cosecha personal a ver si gusta.
Un paseo por la Edad Media
Amanece,... el sol creciente en la aurora brilla
saluda pupilas que abren a la luz crepuscular
desde la ventana de gruesos muros asoma
la grácil figura de una doncella singular.
Es la hija del señor Conde la que observa,
desde su alta torre la extensión condal:
praderas verdes sembradas de mazorcas
y los espesos bosques rodeando el lugar.
Ha levantado temprano la doncella hoy, sí
la han despertado los caballos al galopar
el señor de las tierras salió muy temprano
con vasallos y feudos se fue hoy a cazar.
Su brazo portaba un acetrero altivo, hermoso
de mirada viva, penetrante. Inquieta iba la rapaz
sobre guante sus afiladas garras, el jinete erguido
partieron bosque adentro, azor, Conde y alazán.
Villanos trabajan las tierras fértiles, curtidos
recogiendo la cosecha de época primaveral
parlotean al ritmo de la azada y cantan alegres
una historia sabida de boca a boca de un juglar.
Las casas de la villanía son pobres pero limpias
se hacen trueques, chillan los cerdos sin parar
las gallinas alborotan por do quier y corretean
de los zagales traviesos que las quieren atrapar.
De la tahona sale un humillo propio de horno
el tahonero trabajando hogazas, amasa el pan
pan de harina mal cernida de más de dos libras
se trocará por un par de sacos o huevos quizá.
El castillo en la colina orgulloso reclama el feudo
sobrio en sus muros, escudo de armas en soportal
almenas seis en sus cuatro torres circulares
caballerizas y patio de armas en su parte central.
Rodea al edificio en su diámetro foso con agua
y cruza su espacio el puente desde el umbral.
Ya viene el Conde de su cacería, alegre el rostro
palomas y perdices harán honor para cenar.
Autora: Kelestia
Un compañero poeta me respondió así:
Más os quiero decir mi señora, que de esta, vuestra poesía. Se me engalano el alma. Entre cetrerías y girnaldas, siento que se va la forma, de una trova que os ensalza. De a queste corazón que late, viéndoos asomada a la ventana, a fe mía os digo gustoso, que vuestra belleza arrebata, y del sentir de vuestra poesía, se engrandecen las letras. Porque digna mano engalonada por el sueño , que versa en pluma de ganso, sin querer decir, dice tanto, que es la rima un manto de rojo y oro que viste vuestros encantos y vuestras obras.
Impreso quisiera dejar una obra, digna de gesta de caballería, donde por vos se porfía, un caballero y sus dragones. Que ha de salvar, sin buscar razones, al mundo de una maldición y dejar en una de las manos de vos. Un beso de amores y una prenda de corazones. Y voto al mismo diablo, que si no he de guardar mi espada hasta el final de los tiempos, se quede emprenda de vuestros ojos y del sentir de vuestras poesías. Más a fe mía, e insisto, no se hará más hermoso libro de caballería, que el que contuviera que por una doncella, en un atardecer de Junio, murió un trovador y un manto de rosas. Que del sentir así son las cosas y en esta edad de trova y cruzada, quede por vos reflejada, en vuestra magnánima obra.
Quedando agradecido y a vuestros pies, señora, un aprendiz de poeta y trovar. Que a veces mata gigantes y dragones, con la imaginación. Os guarde Dios y todo el universo de ensueño. Siempre vuestro.
Xuacu.
Grande fue mi sorpresa y se merecía una respuesta...
Os respondo mi señor y dueño, embriagada,
pasado un largo tiempo, (desmayéme al leyeros)
pues quedeme de su oratoria prendada
y de los cielos regreseme a complaceros
en digna respuesta merecida a su palabra.
Parecióme, desde mi azorada mirada
que con placer leisteis estos versos
y engalanasteis, dejándome pasmada
virtudes trovadoras que no merezco
¡a fe mía, que me dejasteis mareada!
Os reconoceis matador de dragones,
yo os nombro lisonjero de palabras
trovador y hasta ladrón de corazones
que con lira al viento lanza sus baladas
cortando en el aire las mis razones.
De aquesta doncella que vos pusisteis
en pedestal de diosas, sin merecello
suspira en sueños, ya que insististeis
un anhelante corazón, tímido y bello
enamorado del amor que amanecisteis.
Os quedo agradecida caballero
mi hermoso y brillante juglar
quedóme claro, ¡no sois plebeyo!
la palabra sabeisla conjugar
con armonía y con gracejo.
Os guarde Dios mi señor Xuacu
el postrero dueño del ensueño.
Autora: Kelestia