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    el Equipo de Elvenar

LÉEME Votación: Historias para no dormir - Relatos

¿Cuáles son los 3 mejores relatos?

  • Relato 1

    Votos: 3 6,0%
  • Relato 2

    Votos: 4 8,0%
  • Relato 3

    Votos: 0 0,0%
  • Relato 4

    Votos: 3 6,0%
  • Relato 5

    Votos: 10 20,0%
  • Relato 6

    Votos: 1 2,0%
  • Relato 7

    Votos: 25 50,0%
  • Relato 8

    Votos: 4 8,0%
  • Relato 9

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  • Votantes totales
    50
  • Encuesta cerrada .
Estado
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DeletedUser3

Ya están aquí las votaciones para el mejor relato de Halloween, recordad que es anónimo y solo podéis votar un relato.

Los 3 ganadores pasarán a votación interna.

Mucha suerte!

Desvanecen las sombras de la noche ante los primeros rayos de sol .La tierra de Elvenar despierta .La tormenta cedió.
En mi reino ,la soledad posa su fría mano en mí ser congelando mi corazón ....recordando la noche de hallooween en que yo...

Mediaba la noche, lluviosa,oscura como el manto que cubría mi ser extraviándome en los laberínticos caminos que conducen a mis mas obscuros recuerdos.
Llave milagrosa es el alcohol, pues en el comienzo embotan los sentidos y pensamientos dándonos una falsa sensación de bienestar....malditos sean los cerrojos que traban las mullidas puertas que ocultan mis recuerdos , se destraban por su voluntad como por vida propia inundando mi mente con imágenes pasadas donde el tiempo y espacio no existen, pues allí ,los años o días se suceden sin orden ,exceptuando uno, la estela azul en la que con su delicada escritura ella me hace dueña de su corazón.
La cito en mi jardín a media noche ,es halloween, desde el mar la tormenta asecha con truenos y rayos.Oigo el ruido de su carruaje al cruzar el puente,espero, segundos, minutos , los rayos pasman la naturaleza con su siniestro azul cobalto y la noche me susurra en el viento proveniente del mar.
Acato su vos y corro por el sendero de rosas hasta que la vi....estaba refugiada en la glorieta, su hermosura es solo comparable a esa rosa de puro cristal que algún poeta alguna vez logró robar de un sueño ..... si tan solo .... .
Me paro junto a ella, tomo su mano, cae la lluvia, el color de miel de sus ojos miran los míos con cierto asombro al mostrarle su estela azul.
Leo en baja voz " mi corazón os pertenece a partir de hoy,seré por siempre vuestra...." El trueno acalló el sonido de su vos, en sus ojos, la luz de su vida se extinguía ....

Amanece en Elvenar,los golpes a mi puerta me traen a la realidad. Ella, me dicen, jamás vendrá, su cuerpo mutilado al caer al mar desde un alto acantilado lo hace irreconocible de no ser por una estela azul que su mano aferraba y en la que citaba mi nombre .
La tomé y al marcharse los mensajeros volví a leer...." mi corazón os pertenece a partir de hoy, seré por siempre vuestra después de la cita al festejo de halloween de milord BG en su castillo .

Una noche en Elvenar
Las noches en Elvenar solían ser de calma y tranquilad pero aquella noche de Halloween, la luna, aunque llena, se ocultaba tras terroríficas e inquietantes nubes de negro espesor. Los pasos retumbaban en la húmeda y fría escalera de piedra que bajaba a las mazmorras del castillo de Zafir, iluminadas tenuemente por el candil que cimbreaba al compás del agitado corredor que lo portaba. Sus manos temblorosas acariciaban la rugosa piedra del pasillo que descendía sin parecer tener fin, así como el sudor frio caía por su frente y su cara. Corría tanto como sus piernas le permitían, mientras de soslayo miraba nervioso a sus espaldas, con la sensación de que por algún extraño motivo, no debía estar allí. De repente, una tenue luz comenzó a vislumbrarse al final.

Cada vez se hacía más potente aquella luz, hasta que por fin llegó al final de aquel corredor, iluminado por aquellos pilares tallados de piedra que sostenían sobre sí sendas llamas. Flanqueaban una gran puerta de madera y apliques de hierro forjado. Se acercó sin dejar de mirar la extraña cara que decoraba aquella entrada y tendió su mano para agarrar la argolla de la puerta y abrirla. Cuando la agarró algo hizo que de un brincó soltará la argolla y se alejara de la puerta. Tenía las manos manchadas de sangre, sangre que impregnaba aquella anilla. Miró aquella puerta con mayor detenimiento y entonces se percató. De las bisagras y la cerradura, así como de los apliques de hierro chorreaba pausadamente sangre espesa y caliente.

Aterrado ante aquella visión pensó en todo lo que aquella noche había visto. No podía ahora volver atrás. No quería estar allí, sabía que no debía estar allí, pero no tenía opción: Debía cruzar aquella puerta. Sujetó con ambas manos la argolla manchándose de sangre las manos y las mangas y empujó con todas sus fuerzas. La puerta se fue abriendo poco a poco, con un chirrido ensordecedor hasta que quedó abierta de par en par. La habitación a la que daba acceso estaba completamente a oscuras. Agarró el candil y con el brazo por delante para intentar iluminar la sala, comenzó a caminar con paso indeciso. Cuando entró en la sala la puerta se cerró tras de sí sola con un gran retumbar atronador, como empujada por una mano de poderosa fuerza; inmediatamente comenzaron a encenderse numerosas llamas sobre pilares tallados como los que había visto antes, iluminando aquella habitación rectangular. Comenzó a cruzar aquella profunda sala sintiéndose observado por aquellas monstruosas caras talladas en los pilares, de cuyas fauces brotaba un líquido viscoso y oscuro y que inundaba gran parte del suelo. Cuando casi había alcanzado el final de la habitación la vio: casi desnuda, con la túnica rota, tirada en el suelo. Alarick corrió hasta ella dejando caer el candil. Arrodillado agarró entre sus brazos el inerte cuerpo de la chica. Estrechó contra su pecho el frio cuerpo, como queriéndola devolver a la vida con su calor. De nada servía; había muerto.

- “Se lo merecía, como el resto…”

Aquella voz chirriante sonó detrás de Alarick, casi como si se la susurraran al oído. De un salto se puso en pie y se volvió para contemplar quien más estaba allí. De entre las sombras surgió una figura encapuchada.

- “Tú también debes morir.” – Dijo la voz desde debajo de la negra capucha mientras se acercaba lentamente a Alarick.

- “¡No lo lograrás. Acabaré contigo!” – Respondió intentando disimular su miedo.

- “Insultasteis esta morada cuando os burlasteis de sus antepasados; pero pagareis por dicha ofensa.”

Alarick quedo mudo mientras un frío intenso le recorrió el cuerpo. De repente las llamas que iluminaban la estancia se volvieron azules y comenzaron a surgir espectros y esqueletos que volaban recorriendo de un extremo a otro la habitación entre llantos y gemidos. Alarick retrocedió cayendo al suelo al tropezar con el cuerpo de su amiga ya muerta. Observaba estupefacto aquella visión macabra cuando se percató de que la figura encapuchada estaba a su lado, observándole con aquellos ojos rojos y brillantes. Notó como su sangre se heló y el pelo se le erizaba de horror. El encapuchado se abalanzó sobre Alarick al tiempo que este gritaba.

Parecía tratarse de una noche normal de Halloween en elvenar, pero la noche aun no acababa y misteriosos y escalofriantes sucesos les esperaban a todos.

Quien pensaría que teniendo todas las criaturas mágicas existentes en Elvenar aquella noche se esparciría un terror ante aquellas cosas.

Hombres, elfos, enanos, y algunos que otros rufianes con los que se pelea, todo esos es normal, pero escondido dentro del bosque en el lugar más profundo aun inexplorado por elfos y humanos vivían criaturas únicas, atemorizantes para unos, tiernas para otros, en especial aquellos con un gusto algo extraño.

Entre aquellas criaturas había un joven, deseando conocer que se escondía más allá de la profundidad del bosque donde vivían.

El joven con deseos de salir del bosque y descubrir nuevos lugares acudió a su líder para reunir un grupo de exploración y conquistar nuevas tierras, guerreros por naturaleza, su líder acepto reuniendo un grupo de sus más feroces guerreros.

Y saliendo por el bosque después de dos días de caminar por el espeso bosque avistaron la civilización un pueblo de elfos, preparándose para Halloween, un nuevo lugar para conquistar dijo uno de ellos, y sigilosamente se acercaron a las murallas, penetrando la ciudad encontraron un pequeño ejército de elfos, algunos espadas, arqueros, protegían el lugar, pensando que se trataba de elfos con disfraces espeluznantes la guardia no actuó hasta que las criaturas se acercaron y los mataron, en una matanza llena de sangre de ambos bandos, hasta que no quedo si no un último elfo, rodeado por aquellos, monstruos, ¿Qué son ustedes? Se atrevió a preguntar, una espada corto su garganta.

Elvenar ya no sería un lugar seguro, los orcos habían llegado, y parecía que querían quedarse, atacan pueblos de elfos y humanos por igual, ¿es hora de que humanos y elfos unan fuerzas contra los malvados orcos? O ¿será el fin de ambas civilizaciones? Todo puede acontecer y la noche aun no acaba.

¡¡¡ Ayudarme!!! Sois mi última esperanza…La carta que tenéis en vuestras manos la estoy escribiendo con sangre…He sobornado al celador y me ha proporcionado papel y lápiz. Me lo entrego sin mirarme, tal vez le repugne mi rostro… Vi mi reflejo en una taza de hojalata y chille de desesperación… ¡AAHH! ¿Era yo aquel engendro? Una calavera, descarnada de cuyas cuencas ensangrentadas asomaban mis ojos, en cierto modo, lo único que reconocí…Pero mejor os cuento como llegue hasta aquí…

Estábamos en la cafetería de la facultad, se acercaron a nosotras dos chicos saludándonos de una manera muy amigable… ¡jamás nos hablaban! Tenían su propio grupo._ ¿A qué viene tanta simpatía?- les increpo mi amiga.
-Vamos a dar una fiesta la noche de Halloween y queremos que venga mucha gente disfrazada. Si queréis venir estáis invitadas…-contesto uno de ellos.

-Nos lo pensaremos- contesté con desgana.

-Muy bien, aquí tenéis mi teléfono. Llamadme, soy el que organizo la fiesta- y depositando una tarjeta en la mesa se dio media vuelta uniéndose al grupo.

-No me fio de ellos. Vete a saber que traman- comente en voz alta.

-Bueno… no seas paranoica. A lo mejor es que están aburridos de ver siempre a la misma gente. No tenemos planes para esa noche…. y podíamos ir. Siempre me gustó el pelirrojo…y Rubén tampoco está mal…- Me contesto sonriendo y guiñando un ojo.
- ¡Vaya! Y yo pensando que no te agradaban- dije mientras sorbía la última gota de café.

Llego la noche de Hallowen. Mi amiga Celia fue la que se ocupó de llamar. _ ¡No seas tonta! Lo pasaremos bien- me comentaba toda entusiasmada mientras acabábamos de ponernos los pañuelos negros sobre el rostro. El disfraz debía de ser de “luto riguroso”.

Llegamos al lugar; la facultad. Allí estaban reunidas un centenar de personas y nos mezclamos entre la muchedumbre de máscaras. Aceleramos el paso hasta alcanzar las escaleras de la entrada. Y vimos a nuestro grupo; esperándonos. Parecían “enterradores” de principios del siglo XX….y hasta olían a incienso o eso me pareció según nos ofrecían unos enormes vasos negros…-¿Creí que la fiesta se celebraba en otro lugar?- comente en voz alta…-Si… en efecto- me contesto- Pero empezamos aquí la fiesta- añadió…

Mire a Celia…estaba charlando con el “pelirrojo” mientras bebía de aquel brebaje que parecía zumo de grosellas…

No sé en qué momento empecé a sentir frio; me dolían las articulaciones y noté la lengua estropajosa… y perdí el conocimiento.
Desperté en un cementerio junto a Celia y rodeados de nuestros “amigos. Formaban un círculo a nuestro alrededor, mientras entonaban una letanía invocando un único nombre…Elvenar…y de repente se abrió ante mis ojos un enorme circulo de fuego azul….

-Ya está abierta la puerta del “otro lado”- Me dijo Rubén, con los ojos en blanco- Nos esperan- añadió tendiéndome la mano…

Le seguí, hipnotizada y traspase la puerta…

Lo que vi me llevo a la locura… Centenares de orcos y monstruos indescriptibles danzaban en un macabro compas alrededor nuestro…me ataron a un poste y no era la única…reconocí a varios de mis compañeros de facultad… a Pedro… a Manu… ¡¡¡Nooo!!!¡¡¡Dios mío!!...les estaban arrancando la cara…estaban despellejándoles vivos y lo peor vino después cuando uno de aquellos seres, un sacerdote se “vistió” con la piel de Manu y se acercó a mí…Perdí la razón y empecé a chillar…. hasta desgarrar mis cuerdas vocales…pero antes de perder el sentido aún pude escuchar lo que me dijo aquel sacerdote…_ ¿Cómo crees que entramos en vuestro mundo? Ignorantes, hace años que vivimos entre vosotros con la piel de vuestros amigos y familiares… Y a ti te dejaremos “viva” para que lo cuentes….
Es lo último que recuerdo….cuando recobre el conocimiento, estaba en el cementerio con mis compañeros despellejados y chillando con un bisturí ensangrentado…y sin cara…¡¡¡Me arrancaron la cara!!!...La policía me detuvo y me acusaron de asesina y paranoica…Mi abogado dijo en mi defensa que los estudiantes de medicina estamos expuestos a este tipo de demencias y me dieron por loca…Ahora estoy aquí y ¿sabéis quien lleva mi cara?...La directora del manicomio…¿¿¿Me creéis???... Mirar con mucho cuidado a quien tenéis al lado…Quizá sea uno de los monstruos de Elvenar.

Me acababa de mudar a mi nueva casa. ¡Me encantaba! ¡Era tan grande y luminosa! Quizás demasiado grande para vivir yo sola, pero siempre había vivido en apartamentos de poca monta y después de haber estado currándomelo más de año y medio y haber conseguido al fin ese ascenso... me merecía un capricho.

Era una casa fabulosa, de dos plantas y amplios ventanales. La luz entraba a raudales. Aún no entendía como podía haberla pillado tan barata.

Me habían dado la llave la semana pasada y la compañía de mudanzas acababa de dejarme esa misma mañana de Halloween todas mis pertenencias. Todos los muebles estaban colocados pero... había aún tantas cajas por desempaquetar...

Empecé por la cocina y dejé para el final mi ropa. Odiaba doblar la ropa. Fastidiada la puse toda encima de una butaca que estaba en mi dormitorio y me conecté un rato a internet. Me puse a jugar a mi juego favorito, Elvenar, y las horas volaron. Cuando me di cuenta, ya había oscurecido, Dios mío, ¿tan tarde era? Mi primera noche sola en aquella casona, y ya no me parecía tan fabulosa. Escuché en la planta de abajo un ruido. Un estremecimiento cruzó mi espalda al pensar en los ventanales. ¡Qué fácil que le resultaría a cualquiera entrar, rompiendo una de las ventanas! ¡Uff! No. Me negué a pensar más en ello. La casa era totalmente segura, o al menos eso fue lo que me aseguró el de la inmobiliaria.

Seguí con el juego, no iba a dejar que mi mente hiperactiva nublara mis sentidos, pero volví a escuchar otro ruido, esta vez más cercano y se me crispó la piel.

Me decidí ser valiente y me dispuse a investigar. Pasé por el lado de montón de ropa, que a la única luz de la pantalla del ordenador, parecía la silueta de una persona que me miraba. "¡Apaga ,l cerebro!" Me ordené. "No pierdas la cabeza sólo porque sea la noche de Halloween. Seguro que solo fue el viento."

Me acerqué más al montón de ropa para ahuyentar mis temores y ahí es cuando lo vi....

¡Allí sentado había un hombre! Con la mirada más diabólica que había visto jamás. Su cara me resultaba familiar...

"Te he estado observando todo el tiempo y ni siquiera lo has notado." Me dijo sonriendo el chico de la inmobiliaria. "Me encanta vender esta casa. Siempre picáis y caéis como moscas... Tú serás mi séptima. Esta noche me voy a divertir...."

A la mañana siguiente, encontraron mi cuerpo mutilado en el cementerio del pueblo. Y desde entonces, mi alma deambula alrededor de la casa tratando de avisar a las siguientes incautas.


Quién sabe, quizás la siguiente seas tú.

Noche de Halloween

En una pequeña ciudad perteneciente a la raza de los elfos, Tenanyë ayudaba a su hermana menor de 5 años Aelwinê a decorar toda la casa, guirnaldas de colores por aquí, globos pintados con caras terroríficas por allá, arañas y esqueletos colgados de lámparas y ventanas, calabazas monstruosas iluminadas con velas parpadeantes.....

Tenanyë no comprendía muy bien el sentido de Halloween, pero su hermana estaba como loca con la celebración, entusiasmada con esta fiesta que los humanos realizaban cada año y que pretendía asustar y divertir a partes iguales tanto a niños como adultos.

-"Debo de ser una elfa demasiado seria"- pensó ella.
Pero no era sólo eso. Desde hacía unas semanas tenía unos sueños terroríficos, oscuros, que le producían un gran temor. Tenía el don de ver cosas que aún no se habían producido y estaba convencida de que algo siniestro se avecinaba.

Cuando llegó la noche dejó a Aelwinê con sus amigos para que fuesen a recoger casa por casa los dulces que habían sido preparados con anterioridad mientras pretendían asustar a los vecinos más miedosos con sus disfraces terroríficos.

Tenanyë se dirigió furtivamente al Capitolio, tenía un mal presentimiento y quería contárselo a alguien. Sabía que Eiserôn su preceptor de Magia Ancestral y Mago Protector de la ciudad, se hallaría allí reunido con el Alto Comisionado debatiendo como todas las semanas los temas más candentes relacionados con su pequeña ciudad. Era una buena noche para ello, ya que dado que todo el mundo estaría entretenido con la celebración podrían sentirse seguros de que nadie les interrumpiría con pequeños (o grandes) reclamos.

Al acercarse ante la puerta del Capitolio, su miedo se acrecentó, algo andaba mal, no había soldados ante las puertas. Entró con suavidad. El pasillo se encontraba vacío, ante ella revoloteaban a sus pies unas pequeñas bolitas grises, como cenizas. Se encogió de miedo, su corazón palpitaba con fuerza. Avanzó con rapidez hacía la sala donde realizaban las consultas los miembros del Comisionado y al acercarse a abrir una de las puertas laterales se paralizó ante lo que vio:

Mallwarë, antiguo mago de su pueblo, que hacía años había sido desterrado por practicar magia oscura, señalaba con su báculo a su preceptor, que pillado por sorpresa, había intentado a su vez levantar el suyo. Vio como con rapidez su figura iba solidificándose, convirtiéndose en dura piedra y convirtiendo así mismo, uno a uno, a cada uno de los presentes, en estatuas con rostros desfigurados por el miedo y el terror sin que pudieran hacer nada. Ella podía ver como sus ojos se movían desesperados, presas del pánico más absoluto.

-"Por el amor del Gran Elwënar, están vivos!!, están ahí dentro vivos!!!.....

Tanenyë tembló. Paralizada por el miedo observó como los soldados que iban entrando por la puerta principal iban siendo reducidos a cenizas, explotando ante su vista como si de confeti se tratase.
El terror asomó a su rostro cuando Mallwarë levantó en alto ambos brazos, murmurando unas palabras que ella no comprendía....salvo una: ......Arendyll....el nombre de su mundo....y echándose la mano al amuleto que colgaba de su cuello supo que estaban todos condenados.

Un rayo cruzó de arriba abajo su cuerpo, clavándola en el sitio, petrificando sus miembros, ahogándola en una máscara de duro granito... mientras veía con horror y por última vez los últimos vestigios de su mundo, aquella sala dorada reflejo de la grandiosidad y esplendor que una vez brilló en el gran mundo de Elvenar....

El FANTASMA ELFO QUE HABITA EN MI

En la noche Halloween caminaba por las calles desiertas de Elvenar, mis pies tullidos y horrorizados por los gusanos que al andar pisaba y cual silueta huesuda por la delgadez a vistas, flotaba para no sentir gusanos.

Gusanos, que carcomen el alma cuando uno es fantasma, y lloro desconsoladamente porque no puedo descansar en paz. Si yo soy un fantasma que me regocijo con la maldad, cuando así lo hago; los habitantes deElvenar corren despavoridos sin hallar donde esconderse de mí.

Entonces; a carcajadas me convierto en viento fuerte y destructor hago caer árboles, postes, y anuncios de taberna, con mis manos poderosas estrangulo por las noches a todo aquel que ande por las calles después de las doce, mis amigos los hombrecillos, esos diminutos testarudos y renegados seres no me ven.

Sólo se sorprenden cuando me ven flotar o aparecen las cabezas humanas debajo de los caminos de la gran ciudad, los castillos se oscurecen con mi presencia, sin que se den cuenta quien soy yo. Me rio, me divierto y mi maldad no tiene límites.

Mis manos diminutas, se engarzan a las ventanas para introducirme a sus hogares y ellos despavoridos se echan a correr y se esconden debajo de sus camas porque temen, que yo los haga retumbar contra la pared y blasfeme con ironía por sus terribles vidas. Soy más que un fantasma, soy su propio juez.

Mis hermanos, los muertos, los demonios, y los monstruos de las tinieblas, bailamos en nuestra noche deHalloween, porque así lo mandan los dioses de las tinieblas y las conciencias de los que habitan Elvenar, que arde; por descuidos al medio ambiente.

La abominable lengua de los hombres, que blasfeman, me obligaran a arrancarles la tráquea para fulminarla en mil pedazos, que se transformaran en garrapatas y que prendidas a los animales, los enfermarán y los matarán en vida, y todo el universo, en un lugar negro, tan negro como la luna negra, no descansará jamás.

Ellos, aterrados con las rodillas dobladas dirán que no pecaron y entonces yo, solamente yo, podré atemorizarlos, para que se coman sus culpas, en el susurrar del búho; que cantará las desgracias que vendrán con los días que han de morir.

Buscarán en las tumbas los recuerdos de los muertos y el sollozo de sus penas, arrancaran con sus manos la carne viva y agusanada para mitigar sus penas, porque sólo así expiaran sus pecados del terrenal abismo.

El silencio avivará los males, la nostalgia se convertirá en fantasmas, y por las noches de luna llena, el hombre aullará su desgracia para rendirse al fin.

Las brujas elfos desgreñadas con su escoba muy alto volarán, y escupirán escarabajos, gusanos y escorpiones a los mentirosos para que ya no mientan más. Habrá todo un estruendo de rayos con las lluvias que inundarán laderas, riachuelos, casas y todo cuanto en su paso se encuentre.

Más si la conciencia te tientas, y de los demás te condueles, os has de sentir tan lejana la pena, que no habrá terror jamás.

-Venid conmigo niños, acercaos, os quiero contar una historia:

"Érase una vez hace 1000 años, en aquellos días donde la paz dominaba nuestro mundo, una antigua ciudad llamada Elvenar.

Los habitantes de esta ciudad, eran altos con una preciosa piel azul, y orejas perfectamente puntiagudas. Vivían sumergidos en medio de un frondoso campo que recorría kilómetros y kilómetros. Sus casas eran adornadas con árboles y flores que demostraba su íntima relación con la naturaleza.

Los niños solían jugar con todo ser vivo que se acercara, incluso con los gruñones treants, que aunque odiaban demostrarlo, le encantaba jugar al escondite, claro, ellos en el bosque tenían ventaja.

Elvenar era la ciudad donde nunca oscurecía, cuando el sol se ocultaba, un gran sol artificial creado por ellos iluminaba toda la ciudad. Crearon este artefacto ya que temían a la oscuridad, en ella podían ser atacados por bestias como los orcos o los ents. Y a pesar de que tenían fuertes guerreros entrenados, preferían ser precavidos.

Un día, a lo lejos de la ciudad, los vigías divisaron a una pequeña elfa que se acercaba. La siguieron con la vista hasta que entró a la ciudad, para luego visitar el cuartel. Al rato, salió cabizbaja, con la mirada de decepción en su rostro. Había solicitado al encargado que le permitiera ser una hechicera, pero éste la rechazó, argumentando que no tenía la edad necesaria.

El gran guerrero de la ciudad, Owen, pasaba cerca. Alto y musculoso, conocido por detener la invasión Orca del año 50 a.S. (antes del Sol). El guerrero se acercó a la pequeña, y al hacerlo, vio sus maravillosos ojos azules, una pequeña nariz puntiaguda y apreció unos pequeños colmillos rojos que salían de su boca.

Preguntó qué ocurría. La pequeña le contó todo y clamó su ayuda, pero se negó, él nada podía hacer. La elfa, enfadada y sin decir palabra corrió hacía el bosque tenebroso, dónde ni siquiera los rayos de luz se atrevía a entrar.

Owen, creyendo que la elfa volvería asustada en menos de 5 minutos, decidió hacer como que nada vio, y seguir su camino, en un par de días se conmemoraban 200 años desde que detuvo la invasión orca y lo celebrarían, así que debía prepararse.

Era 31 de octubre y todo estaba listo para conmemorar a Owen. La celebración se hacía en el salón “Halloween”, salón llamado así por un juego de palabras entre “Owen”, “Hall” y “win”, estas dos últimas palabras del idioma antiguo, en nuestra lengua significan “salón” y “victoria”, era un salón dedicado a la victoria de Owen sobre los Orcos.

En el salón estaba el archimago de la ciudad, junto a Owen, listos para celebrar. Pero un explorador interrumpió la fiesta - ¡Está muerta! – gritó.

Era la pequeña elfa, quién fue encontrada muerta en el bosque tenebroso, seguramente atacada por bandidos. Owen, como si nada, pidió a todos que celebraran sin preocuparse, la niña ya estaba muerta, él nada podía hacer, ni nadie. Todos obedecieron y comenzaron a celebrar, había comida y bebida por montones, hasta los cancerberos quedaron satisfechos.

Pero, en medio de la noche, cuando todos celebraban, escucharon un grito desgarrador. En una esquina del salón, una mujer yacía muerta, con una marca de colmillos en su cuello. En la otra esquina, otro hombre gritaba, estaba siendo mordido en sus pies por nada más ni nada menos que la pequeña elfa supuestamente muerta, sus colmillos rojos se veían desde lejos. Mordía a su víctima hasta matarla.

¡Tú! ¡Deberías estar muerta! – gritó Owen atemorizado.

No Owen, hoy no – replicó la niña, y al mismo tiempo dio un gran salto abalanzándose sobre el legendario guerrero…"




Muy bien niños, es tarde, eso fue todo por hoy, seguimos mañana.

Un niño se quejaba, otro preguntó – profesor, ¿Por qué nosotros no celebramos Halloween? – a lo que su profesor respondió – Porque trae malos augurios.

Al fondo preguntaban – ¿Owen vivió? – y antes que el profesor pudiera responder, una voz dijo – No vivió.

El profesor buscaba a quién había respondido, era una pequeña niña, que alzaba su brazo y al mismo tiempo preguntaba - ¿y qué ocurrió con la elfa? – En su rostro, se mostraba una sonrisa traviesa, y en ella, un pequeño colmillo rojo asomaba…

Pasaba una tarde de Halloween jugando con mi hija, contando historias de miedo y disfrazándonos para divertirnos en familia... otras tardes las paso jugando a elvenar en mi habitación, pero esa tarde no funcionaba internet.

Alguien llamó a la puerta, era el técnico del internet. Le lleve a mi habitación donde tengo el ordenador para mostrarle el router. Lo miró, dijo que estaba bien y salio fuera a ver la linea. Hizo unas mediciones y
volvió a mi habitación a poner una nueva caja que se llevó unos 10 minutos. Luego volvimos al exterior mientras revisaba la luz en el cuadro de fibra óptica exterior para estar seguro que estaba funcionando. Y el internet y teléfono volvió a funcionar y aquel técnico se despidió de nosotros y se fue.

Todo normal aparentemente a no ser por que todo ese tiempo yo tenía mi cámara de vídeo frente a la puerta dentro de mi habitación grabando, y cuando revise la grabación no se había registrado imagen alguna de aquel hombre.

No hay manera de que todas las veces que fui dentro y fuera de mi habitación, junto con el tipo de reparación de teléfono, la cámara no captara ni una sola imagen de esa persona.

¿cómo podría nadie aparecer en el vídeo, por la puerta de la habitación? No tengo ni idea, pero esta es una historia real. Y tengo el vídeo para demostrarlo o, más bien, si lo prefiere, el vídeo que no tiene ninguna prueba que lo demuestra, ya que debería haber grabado al hombre de la reparación entrar y salir de mi habitación varias veces.

Incluso me acuerdo que una vez, mientras que él fue a su camioneta para conseguir algo que dejé la puerta abierta ya que fui al baño a hacer pis rápido. Pero como ya he dicho no aparece en el vídeo, sólo mi puerta, y los sonidos de mi acuario, mi imagen, mi hija pasando, sonidos de mi voz, nada mas.

Así que dime, ¿quién es el fantasma aquí? a veces me pregunto
 
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